miércoles, 18 de diciembre de 2013

MI MANERA Y TU MANERA DE AMAR


Pero existe mi manera de amar y tu manera de amar. Por supuesto, existen vínculos diferentes. Si te quiero, cambiará mi relación con vos según las otras cosas que le agregamos al amor, pero insisto, no hay diferentes tipos de cariño.

En última instancia, el amor es siempre el mismo. Par bien y para mal, mi manera de querer es siempre única y peculiar.

Si yo se querer a los demás en libertad y constructivamente, quiero constructiva y libremente a todo el mundo.

Si soy celoso con mis amigos, soy celoso con mi esposa y con mis hijos.

Si soy posesivo, soy posesivo en todas mis relaciones, y mas posesivo cuanto mas cerca me siento.

Si soy asfixiante, cuando mas quiero mas asfixiante soy, y mas anulador si soy anulador.

Si he aprendido a mal querer, cuando mas quiera mas daño haré.

Y si he aprendido a querer bien, mejor lo haré cuanto mas quiera.

Claro, esto genera problemas. Hay que advertir y estar advertido.

Decirle a mi pareja que yo la quiero de la misma manera que a mi mamá y a una amiga, seguramente provoque inquietud en las tres. Pero se inquietarían injustamente, porque esta es la verdad.

Quiero a mi mamá, a mi esposa y a mi amiga con el único cariño que yo puedo tener, que es el mío. Lo que pasa es que, además, a mi mamá, a mi esposa y a mi amiga me unen cosa diferentes, y esto hace que el vínculo y la manera que tengo de expresar lo que siento cambie de persona en persona.

Los afectos cambian solamente en intensidad. Puedo querer mas, puedo querer menos, puedo querer un montón y puedo querer muy poquito.

Puedo querer tanto como para llegar a aquello que dijimos que es el amor, a que me alegre tu sola existencia mas allá de que estés conmigo o no.

Puedo querer muy poquito y esto significará que no me da lo mismo que vivas o que no vivas, no me da lo mismo que te pise un tren o no, pero tampoco me ocuparía demasiado en evitarlo. De hecho casi nunca te visito, no te llamo por teléfono, nunca pregunto por vos, y cuando venís a contarme algo siempre estoy muy ocupado mirando por la ventana. Pensar que podrías sentirte dolido no me da lo mismo pero tampoco me quita el sueño.

Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay