A la persona no se la puede desear, porque en cuanto deseas a una persona la has dejado de amar como tal. Yo no soy una cosa, ni soy lo otro.
Yo no soy deseable ni indeseable. Yo soy lo que soy y nada más. Tú llegarás a amar a las personas en cuanto no te importen lo que son las personas. El amor es impersonal. En el amor no se mete la personalidad. El amor es, y fluye por medio de ti; tú no lo fabricas y en el amor la persona se queda a un lado. Por eso, el amor te deja libre y disponible. El «yo» es un impedimento para amar.
Cuando eliges, o comparas, o pides compensaciones, es porque necesito a esa
persona para amarme a mí mismo. Cuando desaparecen los recuerdos, los prejuicios y las visiones subjetivas, entonces ya surge el amor que fluye desde donde es.
La personalidad, el «yo», es un impedimento para amar, porque considero a las personas amadas como algo «mío». Amo a mi hijo, a mi marido, a mi familia, porque es algo mío, distinguiéndolos de lo que me queda más lejos. Entonces estoy cosificando lo más cercano como pertenencias a las que debo amar. Y el amor no sabe de deberes ni de gratificaciones, porque el amor es libre y gratuito. «Te amo, te quiero, te necesito, no puedo vivir sin ti» significan: me agarro a ti porque llenas mi necesidad y mi apego. Eso es egoísmo. El amor existe, aunque no hubiera nadie allí. Es nuestra esencia y se manifiesta en una manera de ser, un estado del alma, y está en consonancia con la capacidad de ver y existir, y en cuanto veas y seas tú mismo libremente, no podrás ser otra cosa que amor.
El amor va siempre unido a la verdad y a la libertad, y por eso nunca es débil. Puede ser brusco, pero también puede ser suave y más dulce que nada. El amor da siempre la respuesta acertada, no se equivoca.
Por eso no puedes imitar a Jesús, ¿Cómo vas a imitarle?, ¿Acaso tú eres El?. Cada uno tiene que ser auténtico, ser uno mismo, y Jesús lo fue hasta el fin. El día que yo sea tan auténtico como lo fue Jesús, entonces no tendré que imitarle, pues en cada momento sabré lo que hacer. El día que llegue a ti la iluminación, serás amor y vivirás la eternidad en cada instante.
Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello