jueves, 29 de mayo de 2014

LA PAZ EMPIEZA CONTIGO


Antes de poder hacer profundos cambios en nuestra vida, hemos de observar nuestra dieta, la forma en que consumimos.

Hemos de vivir de tal forma que dejemos de consumir las cosas que nos envenenan e intoxican. De ese modo, tendremos fuerza para permitir que crezca lo mejor en nosotros y dejaremos de ser víctimas de la ira y la frustración.

Cuando se abre la puerta de la comunicación, todo es posible. De manera que debemos practicar el abrimos a los demás para restablecer la comunicación con ellos. Has de expresar la intención, el deseo que tienes de hacer las paces con la otra persona. Pídele que te ayude. Dile: «La comunicación entre nosotros es lo más importante para mí. 
Nuestra relación es lo más valioso, no hay nada que sea más 
importante». Explícaselo con claridad y pídele que te ayude.

Tienes que empezar a negociar una estrategia.

Al margen de lo que la otra persona pueda hacer, tú debes 
realizar todo lo que te sea posible, has de darte al cien por cien.

Todo lo que puedas hacer por ti, lo haces también por ella. No lo 
dejes para más tarde, no pongas condiciones diciendo: «Si no te 
esfuerzas por reconciliarte, yo tampoco lo haré», ya que 
entonces no funcionará. La paz, la reconciliación y la felicidad 
empiezan, en ti.

Te equivocas al pensar que si la otra persona no cambia o 
mejora, nada podrá mejorar. Siempre hay una forma de crear 
más alegría, paz y armonía, y tú puedes aportarlas. El modo en 
que caminas, respiras, sonríes y reaccionas, todo ello es muy 
importante. Debes empezar con esto.

Hay muchas formas de comunicarse y la mejor de todas es 
mostrar que ya no estás enojado con la otra persona y que no la 
censuras. Demostrarle que la comprendes y la aceptas.

Comunícaselo no sólo con las palabras, sino también con tu 
forma de ser: con tus ojos llenos de compasión y tus acciones 
llenas de ternura. El hecho de que seas una persona fresca y 
agradable cambia mucho las cosas. Nadie puede resistir la 
tentación de acercarse a ti. Te conviertes en un árbol de fresca 
sombra, en un arroyo de agua fresca. Tanto las personas como 
los animales desean estar cerca de ti porque tu presencia es 
refrescante y agradable. Cuando empieces a cambiarte a ti 
mismo, podrás restablecer la comunicación con la otra persona 
y ésta cambiará de manera natural.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh