Las personas se vuelven falsas benefactoras. Eso no es la verdadera virtud... es simple camuflaje.
Aporta respetabilidad, te proporciona una agradable sensación para el ego. Te hace sentir que eres alguien importante no solo a los ojos del mundo, sino incluso a los ojos de Dios-, tanto que puedes erguirte, aun en presencia de Dios; puedes exhibir todas las buenas obras que has hecho. Es egoísta, y la religiosidad no puede ser egoísta.
No es que una persona religiosa sea inmoral, pero no es moral... es amoral. No posee un carácter fijo. Su carácter es líquido, está vivo, se mueve de momento a momento. Responde a situaciones que no están acordes con una actitud, idea o ideología fijas; simplemente responde con su conciencia. Su conciencia es su único carácter, no hay, otro.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 244
Osho
Día 244