domingo, 14 de septiembre de 2014

CAMBIA TU PROGRAMACIÓN


Los hombres buscan y huyen de tantas cosas, y no entienden que, tanto lo que buscan fuera como de lo que huyen, está dentro. Estás intentando escapar de algo que está dentro de ti: tu inconsciente, en donde están grabadas todas tus programaciones. Y lo que buscas: el amor, la felicidad, están dentro de ti, eres tú mismo. Es el despertar a tu suficiencia lo que va a liberarte. La resolución de todo está dentro de ti, y si consigues ser suficiente, ya has llegado a ser tú mismo. Pero mientras no se te vayan tus neurosis de adormilado, no intentes cambiar el mundo; antes despierta tú.

Mientras duermes y sueñas, tú ves a las personas y al mundo igual que te miras tú. El día que cambies tú, cambiarán todas las personas para ti, y cambiará tu presente. Entonces vivirás en un mundo de amor. El que ama, termina siempre por vivir en un mundo de amor porque, los demás, no tienen más remedio que reaccionar por lo que tú les impactas.

Ahora piensa en las personas con las que ordinariamente vives y trabajas, y en los problemas que tienes con ellos. ¿Sabes la solución?. Te voy a decir un remedio mágico, porque no falla nunca: Cambia tu programación y todo cambiará. Renuncia a tus exigencias: Lo más importante para vivir el presente, tanto contigo mismo como con los demás, es renunciar a las exigencias.

Las exigencias son la fuente de todo problema de relación y convivencia. Exiges que el otro no sea egoísta, que no sea pasota (persona indiferente a las cuestiones que se debaten en la vida común), y te autoconvences de que lo haces por su «bien». ¿Que lo haces por su bien?. Y entonces, ¿Por qué te molesta su actitud?; ¿No sera que te está reflejando algo que no te permites a ti mismo?. No te engañes, llama a las cosas por su nombre. No seas exigente contigo mismo y comenzarás a no exigir a los demás. Salte de esa programación que te tiene prendido en el árbol del «bien y del mal» y comenzarás a aceptar la realidad sin juicios ni críticas.

Cuando te molesta que tu amigo sea exigente es que tú lo eres también. 

Cuando te molesta que no reaccione, no seas exigente y no le pidas lo que no está dispuesto a hacer en este momento. Pero puedes comprenderlo y no juzgarlo, sino esperar que él sepa por sí solo salir de su pasividad. Eso puede ayudarle, y en cambio la exigencia no.

No te compete a ti apresurar los resultados y porque tú no estás para arreglar el mundo, sino para amarlo y comprenderlo. ¿No te das cuenta de que, cuándo buscas un resultado y luchas por él, lo que haces es buscarte a ti mismo?. Quieres, en el fondo, tener razón y demostrárselo. Olvidas que, para cada persona, la vida tiene reservado un ritmo y una ocasión. Mira a las personas tal como son, respétalas, acéptalas y trata de comprenderlas allí en donde están y dales la respuesta que a ti te corresponde: la del amor y la comprensión.

Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello