Sin pensar en nada, estaba apaciblemente sentado en mi despacho de funcionario.
Mi mente fluía, imperturbada, como una fuente límpida.
Bruscamente el trueno y los relámpagos: las puertas de mi mente se abrieron de par en par. Y he aquí al anciano sentado, allí. .. en su lugar habitual.
Cómo Chao-Pien, funcionario del gobierno, conoció el Despertar
Canto la maravilla de Dios,
mi corazón se ha embriagado de gozo en su presencia. [. . .]
Mi Salvador me ha mirado, a mí que soy tan pequeña.
Magnificar7
7. Sobre el Despertar de Tchao-Pien, véase Le Zen, de Robert Linssen,
© Marabout, 1969, p. 101.
Las palabras del Magníficat han sido adaptadas por Henri Brunei.
Extraído de:
La Grulla Cenicienta
Los más bellos cuentos zen
Henry Brunel