Meditación
Superficialidad
Descubrimiento
He conocido a una mujer, y no una mujer del montón: una profesora de una universidad. Había meditado una vez, y vino y me dijo: Aún no he descubierto a Dios.
¡Una sola meditación! ¡Cuánto exiges de Dios! Sólo por sentarte tontamente durante unos cuarenta minutos (y estarás sentado tontamente, porque un tonto no puede sentarse de otra manera).
Puedes aparentar ser un Buda, pero se trata de algo meramente superficial. Por dentro circula y dialoga el tonto. Adentro de ti hay un mono. Puedes controlar tu cuerpo, pero el mono que hay dentro salta permanentemente de una rama a otra y parlotea permanentemente.
Por eso, siempre pienso que Darwin debía tener razón. No sé si su teoría es científicamente correcta o no pero, desde el punto de vista espiritual, cuanto más observo al hombre, más convencido estoy de que debía tener razón. El hombre tiene que derivar del mono porque, en el fondo, sigue siendo un mono. Sólo la superficie ha cambiado; sólo el cuerpo es algo diferente, pero la mente es igual. ¿Y sólo por sentarse una vez puede alguien empezar a esperar lo infinito?
Nadie parece estar relajado. Si estuvieras relajado, no habría necesidad de meditar, ya que la meditación es terapéutica: es una medicina. Si eres saludable, no la necesitas. Y jamás he encontrado un solo ser- humano que no necesite meditación. Esto quiere decir que la humanidad entera está enferma; toda la Tierra es un gran hospital.
Trata de verlo.
Referencia:
El dios de todos (Osho)
Un camino espiritual para descubrir a Dios
Fotografía tomada de internet