Cuando llega el invierno, el perro siente frío. Se dice entonces:
"Necesito absolutamente una perrera. iCuando vuelva el verano, me haré una de piedra, para pasar en ella el invierno!"
Pero, cuando llega el verano, nuestro perro recobra vigor y se pone de nuevo grueso. Orgulloso de su nueva fuerza, dice:
"¡Ninguna vivienda es suficientemente grande para mí!"
Y, ahíto, va a tumbarse perezosamente a la sombra. Por mucho que su corazón le diga: "¡Anda! ¡Construye tu perrera!", él se dice a sí mismo: "¿Qué perrera sería digna de acogerme?"
Cada vez que caes enfermo, tus deseos y tus ambiciones pierden su fuerza y construyes una casa de arrepentimiento.
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet