Es imposible ganar una carrera a menos que uno se arriesgue a correr, es imposible alcanzar la victoria a menos que nos atrevamos a luchar. No hay vida más trágica que la del individuo que alimenta un sueño, siempre deseando y esperando, pero sin que jamás le dé la oportunidad de que se transforme en realidad. Alimenta ese sueño vacilante, sin que nunca le permita estallar en una llamarada. Hay millones de personas que sueñan así en conseguir un mejor empleo, en montar su propio negocio, en comprar una mejor casa, en realizar un viaje, en escribir una novela... Personas que sueñan, pero que jamás se arriesgan, que jamás están dispuestas a pronunciar las palabras ¡Yo puedo!, que nunca confían sus sueños al mundo real de la acción y el esfuerzo; en fin, todas aquellas personas que temen tanto al fracaso, que por ello fracasan.
José María Vicedo
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet