La primera vez que me encontré con Trungpa Rinpoche estaba con una clase de cuarto grado y los niños le plantearon muchas preguntas sobre su infancia y
adolescencia en Tíbet y su huida de la China comunista a India. Un niño le preguntó si había pasado miedo.
Rinpoche contestó que su profesor le había animado a ir a lugares que le daban miedo, como los cementerios, y le había propuesto experimentar con cosas desagradables.
Después contó una historia sobre un viaje que hizo con sus ayudantes a un monasterio en el que no había estado nunca anteriormente. Cuando se fueron acercando, distinguieron junto a las puertas a un gran perro guardián de enormes dientes que tenía los ojos rojos. Aullaba ferozmente y luchaba por soltarse de la cadena que lo sujetaba. El perro parecía estar desesperado por atacarles.
Cuando Rinpoche se acercó un poco más, pudo distinguir su lengua azulada y las babas que le caían de la boca.
Caminaron a su lado manteniendo la distancia y entraron por la puerta. De repente, la cadena se rompió y el perro corrió hacia ellos. Los ayudantes gritaron y se quedaron congelados de terror. Rinpoche se dio la vuelta y corrió todo lo rápido que pudo, ¡directamente hacia el perro! El perro se quedó tan sorprendido que puso el rabo entre las piernas y se alejó.
Podemos toparnos con un perro de lanas o con un furioso perro guardián, pero lo interesante es: ¿qué ocurre a continuación?
Del libro:
CUANDO TODO SE DERRUMBA
Pema Chödron