lunes, 10 de junio de 2013

RECOMENDACIONES PARA HACER CRITICAS CONSTRUCTIVAS:


En ocasiones es difícil encajar las valoraciones negativas, por constructivas que éstas sean. Claro, recibir elogios es mucho más grato que tomar nota de errores y decepciones.

Esta vez nos vamos a situar en la piel de quien hace la crítica. Habrá momentos en los que, quien la reciba se enfade o se sienta triste o culpable. Eso lo conseguiremos, muy probablemente, si empleamos los adverbios “siempre” y “nunca”:

- Tú SIEMPRE haces esto.

- Tú NUNCA haces lo otro.

Y también si no aportamos nada, salvo desmotivación y mala uva:

- ¿Así es como has decorado tu casa? ¡Qué mal gusto tienes!

¿Cómo crees que se siente quien recibe este tipo de críticas? Mal, por supuesto. A parte que de constructivas tienen poco, ya que para que una crítica sea constructiva ha de realizarse con la intención de ayudar a mejorar algo, no para hundir a la persona que la recibe.

Vamos con lo que sí sirve. Veamos cómo hacer críticas constructivas sin que el receptor se sienta mal (o tan mal).

La actitud de ayudar

Imagina que una persona te pide opinión sobre algo que no te gusta nada. Es más, te parece un auténtico despropósito, una bazofia.

Pues, aun en ese caso, la crítica ha de hacerse con respeto, explicando con honestidad los porqués, los cómos y dando información que la otra persona pueda aprovechar. Si no, ¿para qué hacerla?

El acento en el futuro

Si alguien hace algo que no te gusta y te gustaría que en la próxima ocasión fuese diferente, díselo.

De tal modo que críticas y reproches como:

- ¡Deja de tirar los calcetines sucios en el sofá!

- Te estuve esperando hasta las ocho y no llegaste.

Cambiarían a algo como:

- Mañana, haz el favor de dejar tus calcetines en la canasta de la ropa sucia.

- La próxima vez sé puntual.

La técnica del sandwich

Consiste en decir lo negativo en medio de dos frases positivas (pero sinceras). Por ejemplo, la persona te pide opinión sobre un cuento que ha escrito:

Me encanta la trama, los personajes y el ritmo de la historia. (POSITIVO)
Lo que no me convence es el nombre que le has puesto al protagonista. (NEGATIVO)
Pero me he divertido mucho leyendo. (POSITIVO)

Ten en cuenta esta técnica porque es multiusos. Otra buena ocasión para usarla es cuando rechazas un ofrecimiento:

Gracias por invitarme a salir. (POSITIVO)
Hoy no puedo ir contigo. (NEGATIVO)
Quizás, la semana que viene. (POSITIVO)

No eres tú, soy yo

El cambio de pronombre importa a la hora de hacer críticas constructivas. El uso del “tú” puede sonar a ataque:

(Tú) Eres un egoísta. (Tú) Me dejas todo el trabajo de la casa, como si no tuviera bastante. (Tú) Ni tan siquiera te ofreces un día a fregar los platos…

¿No suena más constructivo así?

También (yo) necesito tiempo para desconectar. Me gustaría (a mí) que nos distribuyamos mejor las tareas domésticas. ¿Qué te parece?

Lo básico: La crítica constructiva se hace desde el respeto y la honestidad; exponiendo nuestra opinión con el fin de ayudar, de aportar algo, de buscar soluciones.

Basado en: “The Art of Constructive Criticism” (Psychology Today).
TUS BUENOS MOMENTOS