viernes, 11 de mayo de 2018

JURAMENTO SAGRADO







Samaya significa no quedarse con nada, no prepararnos una ruta de escape, no


buscar alternativas, no pensar que tenemos mucho tiempo y podemos hacer las cosas más adelante.





En el vajrayana existe el llamado vínculo samaya, por el cual toda experiencia del estudiante está ligada al sendero. En un momento dado, tras mucho cuestionamiento inteligente, el estudiante finalmente puede sentirse preparado para entrar en una relación samaya con su profesor. Si el estudiante acepta y confía completamente en su profesor y el profesor acepta al estudiante, pueden entrar en la relación incondicional llamada samaya. El profesor nunca renunciará al estudiante, por muy confuso que pueda estar, y el estudiante tampoco dejará al profesor, pase lo que pase.





Profesor y estudiante están vinculados. Hacen el pacto de alcanzar la iluminación juntos. Otra definición de samaya es «juramento sagrado» o «compromiso sagrado».





Pero no tiene que ver con la santidad; es un compromiso con la cordura, con la cordura indestructible. Samaya es como casarse con la realidad, un matrimonio con el mundo fenoménico. Pero en realidad es un truco, porque contraer ese matrimonio es un poco como tener amnesia.





Pensamos que hemos decidido casarnos haciendo uso de nuestro libre albedrío y sin embargo, sin saberlo, ya estábamos casados.





Samaya es un truco porque pensamos que tenemos la elección de comprometernos o no con la cordura, pero, de hecho, nunca hemos tenido elección. Es un truco compasivo que nos ayuda a tomar conciencia de que verdaderamente no hay salida. Realmente no hay otro momento mejor que el momento presente; no hay un estado de conciencia más alto que éste. Es el tipo de truco que los profesores vajrayana inventan en su tiempo libre para su propio disfrute completo y total: «¿Qué truco podemos emplear con estos seres confusos, atónitos e indómitos para que lleguen a darse cuenta de que ya están despiertos y no tienen elección?»






Desde el punto de vista de samaya, la búsqueda de 

alternativas es lo único que nos impide tomar conciencia 


de que ya estamos en un mundo sagrado. La búsqueda de 


alternativas —mejores vistas de las que tenemos, mejores 


sonidos de los que oímos, una mente mejor que la que 


tenemos— nos impiden tomar conciencia de que podemos 


ubicarnos orgullosamente en medio de nuestra vida 


sabiendo que es un mándala sagrado. Tenemos una 


arraigada tendencia a tratar de escaparnos, como un 


escarabajo ensartado en un alfiler: nos retorcemos y 


tratamos de escapar para no tener que estar en el sitio.











Extracto del libro:


Cuando Todo Se Derrumba


Pema Chödron


Fotografía de Internet