El niño continúa en alguna parte de ti: cuando gimes puedes encontrarle, cuando te ríes puede encontrarle, cuando alguien te da un regalo puedes encontrarle, cuando alguien se olvida de hacerlo puedes encontrarle, cuando alguien te condena puedes encontrarle, es muy difícil ser realmente maduro. Uno nunca puede ser maduro a no ser que el niño sencillamente se muera dentro de ti: de otra forma seguirá influenciando tus actos, tus relaciones.
Osho.