Estuve viajando una vez con Mulla Nasrudín. En una estación, en una parada, alguien nuevo entró en el compartimento. Parecía conocer a Nasrudin. Se saludaron y luego dijo:
-¿Cómo estás, Nasrudín?.
- ¡Bien! ¡Perfectamente!.
- ¿Y cómo está tu mujer?.
- También está bien, gracias.
- Y ¿cómo están los niños?
- Todos están bien, gracias.
Yo estaba sorprendido. Cuando el hombre bajó en otra parada le pregunté a Nasrudín: "¿De qué se trata? Porque se muy bien que no tienes esposa. No tienes ningún niño". Nasrudin dijo: "Yo también lo se, pero, ¿para qué crear una discusión?".
Osho.