No hay seguridad en ninguna parte. La vida es insegura, y no tiene fondo... es ilimitada.
En la misma petición de seguridad creas el problema. Cuanto más pides, más inseguros estarás porque la inseguridad es la misma naturaleza de la vida. Si no pides seguridad, jamás estarás preocupado por la inseguridad. Si empiezas a pedir que los árboles sean blancos, entonces habrá problemas. El problema lo creas tú, no los árboles... estos son verdes y tu pides que sean blancos. No pueden hacerlo, no pueden comportarse de esa manera.
La vida es insegura, el amor es inseguro. Y eso está bien, porque de lo contrario estaríamos muertos. La vida puede ser una seguridad solo si estas muerto; entonces todo es una certeza. Debajo de una roca hay suelo. Bajo una flor no hay ninguno; la flor es insegura. Una leve brisa y la flor se puede dispersar, los pétalos pueden caerse y desaparecer. Es un milagro que la flor esté ahí. La vida es un milagro, porque no hay razón para que sea. Es simplemente un milagro que tú seas, porque de lo contrario hay muchos motivos para que no existieras. La madurez llega únicamente cuando aceptas esto. Y no solo lo aceptas, sino que empiezas a disfrutar con ello.
OSHO
Día a Día (día 37)