miércoles, 10 de abril de 2013

"MÁS DEPENDENCIA...MÁS POBREZA"

Nos llego un artículo que decidimos publicar a manera de reflexión. Saludos.


“Más dependencia,… más pobreza”

Santiago Heyser Beltrán/Quadratín
06.04.2013 13:43

Si la aspiración de los mexicanos es trabajar para extranjeros en su propia tierra, como diría mi abuela: “Creo que estamos fregados todos Ustedes”...

No puedo dejar de reconocer la ventaja de la inversión extranjera como generadora de empleos y eso estaría bien si solo fuera una parte del desarrollo económico de la república, ya que vendrían a aportar tecnología, cultura y una parte de la generación de riqueza y empleo. Pero, cuando el esquema favorece a la inversión extranjera en detrimento del desarrollo de empresarios nacionales y de empleados y obreros mexicanos; y por definición del modelo se condena a una nación a ser tercermundista en su propio suelo, ya que las riquezas (impuestos incluidos) se transfieren a las matrices de las empresas en el extranjero dejando para los nacionales salarios entre mal y regular pagados, es que algo anda mal en nuestros festivos gobernantes y en la visión republicana que, con una visión cortoplacista, normalmente la de su responsabilidad de gobierno, es decir, con un horizonte de tres o seis años, se desechan el compromiso y el esfuerzo que necesita una nación de sus gobernantes y ciudadanos para construir un futuro soberano y halagüeño. En otras palabras, si no le echamos los kilos con trabajo y esfuerzo creativo, organizado e inteligente, México será, más que lo que ya es hoy, una colonia de inversionistas extranjeros en donde los ciudadanos mexicanos serán de segunda en su propia tierra, ya que las prebendas, canonjías, servicios, caravanas y prestaciones gubernamentales serán, como ya lo son hoy, pero en mayor medida, para los extranjeros… Porque no dejo de ver y reconocer, no solo la pérdida de soberanía, sino al servilismo con que los tres poderes nacionales, ejecutivo, legislativo y judicial, se inclinan ante el capital o el poder extranjero.

Ojo, no soy derrotista, creo en México, pero sí y solo si cambiamos las políticas públicas y el modelo socioeconómico, de otra manera, como diría Einstein: “Esperar cosas diferentes haciendo lo mismo, es un tipo de locura.” ¿Pesimista?, si soy pesimista porque comparto el pensamiento de Saramago, cito: “Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay...”, y sí, en lo personal estoy interesado en cambiar el mundo,… empezando por mi México. Y es que el rumbo que llevamos está de la fregada, cito a José Manuel Herrera en el periódico La Razón: “Según cálculos del Coneval, la pobreza laboral en México repuntó 25.6% en los últimos seis años. El estancamiento del ingreso y el encarecimiento de la canasta alimentaria, explican este deterioro en la calidad de vida de los mexicanos…” Ahora habrá que ver los resultados que ofrecen los estudios en julio, cuando la Coneval informe sobre sus trabajos y análisis completos del sexenio anterior.

¿Qué es, en mi opinión, lo que está pasando? Primero, estoy convencido de que el trabajo subordinado es un modelo de esclavismo moderno… Y va para peor, cuestión de hacer una análisis objetivo de las tendencias legislativas que protegen al capital en deterioro de los derechos y ventajas obtenidas por los trabajadores. ¿El argumento?, que si no se protege el capital, este migrará a paraísos fiscales y laborales en donde le ofertarán mano de obra barata y exenciones fiscales… Pobres argumentos ambos, porque la inversión extranjera, desde mi óptica, no es ni la panacea ni el camino, como no lo es el trabajo subordinado. Segundo, el modelo educativo no se enfoca al desarrollo de habilidades para el cuidado y aprovechamiento de los recursos naturales en cada región, es decir, no educamos para que la gente viva dignamente en su entorno o región aprovechando responsablemente sus recursos naturales, sino que educamos para preparar empleados y obreros que sirvan a los dueños del capital, en otras palabras, preparamos a nuestros ciudadanos, en un acto de desamor e irresponsabilidad, para que su meta sea alcanzar un trabajo subordinado, del que ya dije, en mi opinión es una forma de esclavitud moderna. ¡Entendamos!, estamos educando, gastando recursos de la nación, no para generar riqueza a partir de lo que tenemos aprovechando nuestro intelecto y formando ciudadanos productivos y hombres libres, sino para servir al capital, de preferencia extranjero ¿No me creen?, cito ahora lo escrito por Eugenia Jiménez, el 4 de abril pasado: “México • Los niveles de pobreza alimentaria de niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años de edad (39.2 millones) en México se incrementaron 2 por ciento entre los años de 2008 y 2010, al pasar de 25.7 a 29.5, de acuerdo con un estudio de Coneval y Unicef.”…
Ahora la pregunta de los sesenta y cuatro mil pesos: ¿Qué parte de que el sistema y el modelo socioeconómico no están funcionando, no se entiende?... Es decir: que a mayor inversión extranjera,… más dependencia y más pobreza ¡Así de sencillo!

Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador