El júbilo es el antídoto para el miedo. El miedo surge si no disfrutas de la vida. Si disfrutas de la vida, el miedo desaparece.
Simplemente se positivo y disfruta más, rie más, danza más, canta. Permanece más y más alegre, entusiasta sobre las cosas pequeñas, muy pequeñas. La vida consiste de cosas pequeñas, pero si puedes aportar la cualidad de la alegría a las cosas pequeñas, el resultado es tremendo.
Así que no esperes que suceda algo grande. Las cosas grandes acontecen, no es que no sucedan, pero no esperes a que eso grande tenga lugar. Sucede solo cuando empiezas a vivir las cosas pequeñas, corrientes y cotidianas con una mente nueva, con una nueva frescura, vitalidad, entusiasmo. Entonces, poco a poco, acumulas, y esa acumulación un día estalla en puro júbilo.
Pero nadie sabe cuándo sucederá. Uno ha de seguir recogiendo guijarros de la playa. La totalidad se convierte en el gran acontecimiento. Cuando recoges un guijarro, no es más que un guijarro. Cuando todos los guijarros están juntos, de pronto son diamantes. Ese es el milagro de la vida. De modo que no necesitas pensar en esas grandes cosas.
Hay muchas personas en el mundo que se lo pierden porque siempre están esperando que suceda algo grande. No puede acontecer. Tiene lugar solo a través de cosas pequeñas: comer, desayunar, pasear, daros un baño, charlar con un amigo, estar sentado a solas contemplando el cielo o tumbado en la cama sin hacer nada. La vida está compuesta de estas pequeñas cosas. Es la materia misma de la vida.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 120