Parece ser, según dicen los sufís, que cuando alguien funda una escuela inevitablemente con el transcurrir del tiempo se desvirtúan las enseñanzas originales y estas acaban siendo sustituidas por otras. Es lo mismo que puede ocurrir cuando en una sociedad se introduce la suficiente cantidad de moneda falsa, que inevitablemente acaba por sustituir a la verdadera.
Hay quien añade que esto es así hasta tal punto que si Jesucristo volviera a la Tierra no sería reconocido ni por el Papa…
La historia del pensamiento humano parece caracterizarse por los geniales momentos de inspiración de determinados individuos. Después, algún que otro de sus discípulos demuestra que la teoría del maestro contenía errores. Esa discrepancia, por pequeña que sea, conduce a crear nuevas escuelas y tendencias inspiradas en la idea original. Otros, por el contrario, se aferran a antiguas teorías como a una mágica tabla de salvación…
Lo que no se debería hacer es ignorar los orígenes de cualquier teoría. Ya que de lo contrario nos exponemos a crear un brillantísimo tratado erudito generado a partir de un pensamiento que ha ido girando sobre sí mismo…