El día que una persona decide no pedir las cosas que le gustan y empiezan a gustarle las cosas que suceden, es el día en que se vuelve madura.
Puedes seguir anhelando las cosas que te gustan. Eso siempre te hará desdichado, porque, en primer lugar, nunca van a suceder. El mundo no funciona de acuerdo con tus simpatías y antipatías. Carece de garantías de que lo que quieres es lo que también quiere el todo. Existe una gran posibilidad de que el todo esté destinado hacia otra cosa de la que nada sabes.
Cuando a veces acontece eso que te gusta, entonces tampoco te sentirás muy feliz, porque sea lo que fuere lo que exigimos, ya lo hemos vivido a través de la fantasía. De modo que ya es de segunda mano. Si dices que te gustaría que un determinado hombre fuera tu amante, entonces en mucho sueños y fantasías ya has amado a ese hombre. Y si ello acontece, entonces el hombre verdadero no estará a la altura de tus fantasías y va a ser simplemente una copia, porque la realidad nunca es tan fantástica como la fantasía. Y te sentirás frustrado.
Pero si te empieza a gustar aquello que acontece -si no pones tu voluntad en contra del todo, si simplemente dices muy bien, si pase lo que pase dices que sí-, entonces jamás podrás ser desdichado. Porque sin importar lo que pase, siempre exhibes una actitud positiva, lista para recibir y disfrutar.
Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 160
DÍA A DÍA
Osho
Día 160