Cuando la respiración es perfecta, todo encaja en su sitio. Respirar es vida. Pero la gente lo soslaya, no le presta ninguna atención. Y cada cambio que vaya a suceder, sucederá a través del cambio en tu respiración.
Todo el mundo respira mal porque la totalidad de la sociedad se basa en condiciones, nociones y actitudes muy erróneas. Por ejemplo, un niño pequeño llora y la madre le dice que no lo haga. ¿Qué va a hacer el niño?,... como el llanto está cerca, y la madre le dice que no llore, empezará a contener el aliento, porque esa es la única manera de frenarlo. Si contienes el aliento, todo se detiene: el llanto, las lágrimas, todo. Entonces, poco a poco, se convertirá en una costumbre... no estés enfadado, no llores, no hagas esto, no hagas aquello.
El niño aprende que si respira de forma poco profunda, mantiene el control. Si respira perfecta y totalmente, del modo en que cada niño respira al nacer, entonces se vuelve salvaje. De forma que se paraliza.
Cada niño, sin importar género, empieza a jugar con los órganos genitales porque la sensación es placentera. El niño es completamente inconsciente de los tabúes sociales y esas tonterías, pero si la madre, el padre o alguien lo ve jugar con sus genitales, de inmediato le dirán que pare. Y en sus ojos hay tal condena que se queda conmocionado, y le tendrá miedo a respirar profundamente, porque si lo hace se masajea los órganos genitales desde dentro. Eso se vuelve problemático, de modo que no respira profundamente; solo se entrega a una respiración somera, para quedar aislado de sus órganos genitales.
Todas las sociedades que reprimen el sexo están destinadas a ser sociedades de respiración superficial. Solo la gente primitiva que no tiene ninguna actitud represiva hacia el sexo respira a la perfección. Su respiración es hermosa, completa y total. Respiran como los animales, como los niños.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 238
Osho
Día 238