jueves, 31 de julio de 2014

ANHELO


Un deseo se convierte en anhelo cuando estas dispuestos a arriesgarlo todo por él. Un anhelo es superior a la vida... uno puede morir por él. Deseos hay muchos... anhelos solo puede haber uno, porque necesita tu total energía, te necesita como eres en tu totalidad. 

No puedes retener ninguna parte de ti, no puedes entrar en él con cautela e inteligencia, calculando. Ha de ser un salto loco. 

El hombre es muy fragmentario: un deseo te lleva al norte, otro al sur, y todos te llevan en todas las direcciones y te enloquecen. De ahí que las personas no lleguen a ningún sitio -no es posible-, porque una parte se mueve en esta dirección y otra en aquella dirección, que es diametralmente opuesta. ¿Cómo puedes llegar? Para ello sería necesaria tu totalidad. Por eso ves personas que se arrastran; no tienen ninguna intensidad de vida; no es posible. Se pierden en muchas direcciones... no pueden tener esa energía. 

Pero este anhelo ha de ser muy feliz; no debería hacerse de manera seria, porque en cuanto te vuelves serio, te pones tenso. El anhelo de uno debería ser intenso, pero en absoluto tenso. Ha de ser alegre, con risa, baile y canto. No ha de convertirse en un deber. No estas complaciendo a Dios, ni a nadie... simplemente estas viviendo tal como quieres vivir; de ahí tu felicidad. Es el modo en que has elegido vivir, es la forma en que quieres encenderte... pero ha de ser una llama danzarina.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 245

miércoles, 30 de julio de 2014

LA NIÑA DE LAS MANZANAS


Un grupo de vendedores fue a una convención de ventas. Todos les habían prometido a sus esposas que llegarían a tiempo para cenar el viernes por la noche. Sin embargo, la convención terminó un poco tarde y llegaron retrasados al aeropuerto. 

Entraron todos con sus boletos y portafolios corriendo por los pasillos de pasajeros. De repente, y sin quererlo, uno de los vendedores tropezó con una mesa que tenía una canasta de manzanas. Las manzanas salieron volando por todas partes. Sin detenerse ni voltear para atrás, los vendedores siguieron corriendo y apenas alcanzaron a subirse al avión. Todos, menos uno. 

Este último vendedor se detuvo, respiró hondo y experimentó un sentimiento de compasión por la dueña del puesto de manzanas. Le dijo a sus amigos que siguieran sin él, y le pidió a uno de ellos que al llegar llamara a su esposa y le explicara que iba a llegar en el vuelo siguiente. Luego, regresó al pasillo y encontró todas las manzanas tiradas por el suelo. 

Su sorpresa fue enorme al darse cuenta de que la dueña del puesto era una niña ciega. La encontró llorando, con enormes lágrimas corriendo por sus mejillas. Tanteaba el piso tratando, en vano, de recoger las manzanas, mientras la multitud pasaba, vertiginosa, sin detenerse y sin importarle su infortunio. 

El hombre se arrodilló con ella, junto a las manzanas, las metió a la canasta y le ayudó a montar el puesto nuevamente. Mientras lo hacía se dio cuenta de que muchas se habían golpeado y estaban magulladas. Las tomó y las puso en otra canasta. 

Cuando terminó, sacó su cartera y le dijo a la niña: 

—Toma, por favor, estos veinte mil pesos por el daño que te hicimos. ¿Estás bien? 
Ella, llorando, asintió con la cabeza. 

Él continuó diciéndole 
—Espero no haber arruinado tu día. Adiós.

Conforme el vendedor empezó a alejarse, la niña le gritó: 

—¡Señor... señor...! Él se detuvo y volteó a mirar esos ojos ciegos. 

Ella le preguntó: 
—¿Es usted Jesús... ? 

Él se paró en seco y dio varias vueltas antes de dirigirse a abordar otro vuelo, con esa pregunta quemándole y vibrando en su alma. 

¿Cuántos de nosotros asumimos las consecuencias de nuestros actos? 
¿Compensamos a los otros cuando les hemos hecho daño? 
¿Nos ponemos en los zapatos del otro?

Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 2a parte
Lopera y Bernal

martes, 29 de julio de 2014

¿CÓMO PUEDES PELEARTE? (Sutra 5)



Sutra 5: ¿Cómo puedes pelearte?


Tú también pasarás a mejor vida. ¿Cómo puedes pelearte?
(Buddha).

La vida es muy corta como para gastarla inútilmente peleando. Mejor usa tu tiempo y tu energía en meditar para ganar la felicidad.
Transfórmate en luz entrando en el silencio de la mente. En la muerte todos nos nivelamos; ¿a qué pelear entonces? ¿Qué ganamos con desperdiciar de este modo nuestras energías?




Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix

lunes, 28 de julio de 2014

TÚ TAMBIÉN MORIRÁS


TRATA DE NO COMPARAR LO NUEVO CON LO VIEJO


Cómo quitarse el clavo uno mismo y aliviar el dolor del viejo amor.

4. TRATA DE NO COMPARAR LO NUEVO CON LO VIEJO

La insana costumbre de comparar las actuales opciones afectivas con la vieja relación siempre está presente en los que no han podido asimilar la pérdida. ¿Comparar qué?: todo. El problema es que no siempre ganan los nuevos. Aunque la mayoría despotrica de su antigua relación, cuando empiezan a salir con otras personas entran en shock al descubrir una realidad que les resulta terrible y desesperanzadora: no hay «buenos partidos» (al menos, ésa es la percepción). Es la paradoja de los que comparan más de la cuenta; al tratar de buscar y exaltar los atributos de la nueva adquisición para justificar el cambio, terminan fortaleciendo a la persona que quieren olvidar.

Es verdad que algunas comparaciones a veces son productivas y colaboran a acelerar el duelo, pero es mejor no correr el riesgo. Sin darte cuenta, podrías sesgar la información a favor de tu ex y magnificar a quien quieres olvidar.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso

domingo, 27 de julio de 2014

TU NUEVO AMOR PASEADO POR "LAS NARICES" DEL EX


EL LABRADOR Y EL TESTAMENTO


Cuando hablo de amores y competencia entre hermanos, afortunadamente, no puedo dejar de acordarme del cuento del labrador y su testamento.

Cuentan que el viejo Nicasio se asustó tanto con su primer dolor en el pecho que mandó a llamar al notario para dictarle un testamento.

El viejo siempre había conservado el mal gusto que le dejó la horrible situación sucedida entre sus hermanos a la muerte de sus padres. Se había prometido que nunca permitiría que esto pasara entre Fermín y Santiago, sus dos hijos. Dejó por escrito que a su muerte un agrimensor (quien mide tierras) viniera hasta el campo y lo midiera al milímetro.

Una vez hecho el registro debía dividir el campo en dos parcelas exactamente iguales y entregar la mitad del lado este a Fermín, que ya vivía en una pequeña casita en la mitad con su esposa y sus dos hijos, y la otra mitad a Santiago, que a pesar de ser soltero pasaba algunas noches en la casa vieja que estaba en la mitad oeste del campo. La familia había vivido toda su existencia del labrado de ese terreno, así que no dudaba que esto debía dejarles los suficiente como para tener siempre que comer.

Pocas semanas después de firmar este documento y contarles a sus hijos su decisión, una noche Nicasio se murió.

Como estaba establecido, el agrimensor hizo el trabajo de medición y dividió el terreno en dos partes iguales clavando dos estacas a cada lado del terreno y tendiendo una cuerda entre ella.

Siete días habían pasado cuando Fermín, el mayor de los hijos del finado, entró en la iglesia y pidió hablar con el sacerdote, un viejo sabio y bondadoso que lo conocía desde que lo había bautizado.

- Padre – dijo el mayor de los hermanos -, vengo lleno de congoja y arrepentimiento, creo que por corregir un error estoy cometiendo otro.

- ¿De que se trata? – preguntó el párroco.

- Le diré, padre. Antes de morir el viejo, el estableció que el terreno se dividiera en partes iguales. Y la verdad, padre, es que me pareció injusto. Yo tengo esposa y dos hijos y mi hermano vive solo en la casa de la colina. No quise discutir con nadie cuando me enteré, pero la noche de su muerte me levanté y corrí las estacas hasta donde debían estar... Y aquí viene la situación. Padre. A la mañana siguiente, la soga y las estacas habían vuelto a su lugar. Pensé que había imaginado el episodio, así que a la noche siguiente repetí el intento y a la mañana otra vez la cuerda estaba en su lugar. Hice lo mismo cada noche desde entonces y siempre con el mismo resultado. Y ahora padre, pienso que quizás mi padre esté enojado conmigo por vulnerar su decisión y su alma no pueda ir al cielo por mi culpa. ¿Puede ser que el espíritu de mi padre no se eleve por esto, padre?.

El viejo cura lo miró por encima de sus anteojos y le dijo:

- ¿Sabe ya tu hermano de esto?
- No, padre – contestó el muchacho.
- Andá decile que venga que quiero hablar con él.
- Pero padrecito... mi viejo...
- Después vamos a hablar de eso, ahora traéme a tu hermano.

Santiago entró en el pequeño despacho y se sentó frente al cura, que no perdió tiempo:

- Decime... ¿Vos no estuviste de acuerdo con la decisión de tu padre sobre la división del terreno en partes iguales, verdad?.
- El muchacho no entendía muy bien como el sacerdote sabía de sus sentimientos – y a pesar de no estar de acuerdo no dijiste nada ¿no es cierto?.
- Para no enojar a papá – argumentó el joven.
- Y para no enojarlo te viniste levantando todas las noches para hacer justicia con tu propia mano, corriendo las estacas, ¿no es así?.

El muchacho asintió con la cabeza entre sorprendido y avergonzado.

- Tu hermano está ahí afuera, decile que pase –ordenó el cura.

Unos minutos después los dos hermanos estaban sentados frente al sacerdote mirando silenciosamente el piso.

- ¡Qué vergüenza!... Su padre debe estar llorando desconsolado por ustedes. Yo los bauticé, yo les di la primera comunión, yo te casé a vos Fermín, y bauticé a tus hijos mientras que vos, Santiago les sostenías las cabecitas en el altar. Ustedes en su necedad han creído que su padre regresaba de la muerte a imponer su decisión, pero no es así. Su padre se ha ganado el cielo sin lugar a dudas y allí estará para siempre. No es esa la razón del misterio. Ustedes dos son hermanos, y como muchos hermanos, son iguales. Así fue como cada uno por su lado, guiado por el mezquino impulso de sus intereses, se ha levantado cada noche desde la muerte de su padre a correr las estacas. Claro, a la mañana las estacas aparecían en el mismo lugar. Claro ¡si el otro las había cambiado en sentido contrario!.

Los dos hermanos levantaron la cabeza y se encontraron en las miradas.

- ¿De verdad Fermín que vos...?
- Si, Santiago, pero nunca pensé que vos... Yo creí que era el viejo enojado...

El mas joven se rió y contagió a su hermano.

- Te quiero mucho, hermanito – dijo Fermín emocionado.
- Yo te quiero a vos – contestó Santiago poniéndose de pie para abrazar a Fermín.

El cura estaba rojo de furia.

- ¿Qué significa esto?. Ustedes no entienden nada. Pecadores, blasfemos. Cada uno de ustedes alimentaba su propia ambición y encima se felicitan por la coincidencia. Esto es muy grave...
- Tranquilo padrecito... El que no entiende nada, con todo respeto, es usted – dijo Fermín -. Todas las noches yo pensaba que no era justo que yo, que vivo con mi esposa y mis hijos, recibiera igual terreno que mi hermano. Algún día, me dije, cuando seamos mayores, ellos se van a hacer cargo de la familia, en cambio Santiago está solo, y pensé que era justo que el tuviera un poco mas, porque lo iba a necesitar mas que yo. Y me levanté cada noche a correr las estacas hacia mi lado para agrandar el terreno de el...

- Y yo... – dijo Santiago con una gran sonrisa -. ¿Para que necesitaba yo tanto terreno?. Pensé que no era justo que viviendo solo recibiera la misma parcela que Fermín que tiene que alimentar cuatro bocas. Y entonces, como no había querido discutir con papá en vida, me levanté cada una de estas noches para correr las estacas y agrandar el campo de mi hermano..

Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay

sábado, 26 de julio de 2014

QUEDAR LIMPIO INTERIORMENTE


Cómo quitarse el clavo uno mismo y aliviar el dolor del viejo amor.

3. QUEDAR LIMPIO INTERIORMENTE

Un paciente, ocho meses después de haberse separado, me decía: «¡Es increíble! Hace unos meses habría hecho cualquier cosa para estar a su lado nuevamente y ahora ya ni me inmuto. Hay momentos en que la nostalgia llega por oleadas, pero se va rápidamente; ya no duele. Me siento bien estando solo». 

Al comienzo, mi paciente, tratando de olvidar a su ex, empezó a salir con una amiga de su juventud que siempre le había gustado (no sé cuál es la razón, pero en los primeros meses de una separación, los viejos amigos y amigas que fueron potenciales parejas en alguna época, resucitan como zombis). La experiencia fue un desastre, ya que no era capaz de seguirle el ritmo a la mujer, que le pedía atención, sexo y mimos al por mayor.

Cuanto más exigía ella, más se inhibía él. Finalmente no aguantó más y decidió quedarse solo, llorar sus penas y hacer frente a la pérdida con ayuda profesional. Salir de un amor enquistado es como salir de una maldición y encontrarse a sí mismo: «¡Hola, soy yo! ¿Me reconoces?». Después de reencontrarse consigo hay que empezar a reconstruirse.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso

VIRTUD


Las personas se vuelven falsas benefactoras. Eso no es la verdadera virtud... es simple camuflaje.

Aporta respetabilidad, te proporciona una agradable sensación para el ego. Te hace sentir que eres alguien importante no solo a los ojos del mundo, sino incluso a los ojos de Dios-, tanto que puedes erguirte, aun en presencia de Dios; puedes exhibir todas las buenas obras que has hecho. Es egoísta, y la religiosidad no puede ser egoísta.
No es que una persona religiosa sea inmoral, pero no es moral... es amoral. No posee un carácter fijo. Su carácter es líquido, está vivo, se mueve de momento a momento. Responde a situaciones que no están acordes con una actitud, idea o ideología fijas; simplemente responde con su conciencia. Su conciencia es su único carácter, no hay, otro.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 244

viernes, 25 de julio de 2014

DIABETES

BUSCAR LA PAZ MENTAL


Había un hombre rico, muy rico, que al final era muy infeliz, lo cual es resultado natural del éxito. No hay mayor fracaso que el éxito. El éxito sólo tiene importancia si tu vida es un fracaso. Cuando lo alcanzas te das cuenta de que todo el mundo te ha engañado, toda la gente, la sociedad. Este hombre tenía todas las riquezas pero no estaba en paz consigo mismo. Empezó a buscar esa paz. 

Osho
Leído y tomado de Osho Despierta

LAS PAREJAS DE LOS HIJOS


Aquel que tiene un hermano con el que no se relaciona, de alguna manera tiene un agujero en su estructura: ha perdido un pedazo de su vida.

Creo que no exagero si sostengo que en los conflictos entre hermanos el 75% del problema ha sido enseñado por los educadores.

La historia de los hermanos es fatal cuando alguno de los hijos queda excluido del amor de los padres, o por lo menos, de su cuidado y de su atención.

No digo que se quiere a los hijos por igual, porque no es verdad. Después de un tiempo empiezan las afinidades y los padres se relacionan con cada uno de los hijos de diferente manera en diferentes momentos y con distintos grados de sintonía.

Aquella exclusión siempre es dañina, pero es peor cuando estas historias se destapan después de la muerte de los padres, cuando ya no se puede hacer nada para arreglarlo.

Con el tiempo entran en juego algunos parentescos que suelen complicar los vínculos con resultantes poco felices, como el de la nuera o el yerno...

Desde las asociaciones de los nombres, estas dos relaciones vienen signadas por la mala onda.

Etimológicamente, la palabra “yerno” viene de “engendro”, no porque el yerno sea un engendro, sino porque en realidad el yerno se elegía para engendrar la prole con la hija. Pero de todas maneras de allí viene. Sobre el término “nuera” hay un viejo chiste que dice que la palabra la inventaron las madres de los novios: “NUERA”...nuera... nu era para mi hijo esa chica”...

Los problemas con el yerno y con la nuera suceden porque, de alguna manera, son sindicados por los ahora suegros como impostores, usurpadores de parentesco, ladrones de afectos, y por supuesto, responsable excluyentes de todo lo que nuestros hijos hacen equivocadamente.

Si los hijos son vividos como una prolongación, la familia política es muchas veces vivida como un grupo de personas extrañas que ocupan un lugar en la mesa sin ser uno de nosotros.

Sucede que ese casi extraño, no es ni mas ni menos que la persona que mi hijo o hija eligió para compartir su vida. Y además algunos estudios demuestran que quizás las viejas y tan tradicionales rivalidades con las suegras no estén generadas por estas vivencias, sino mucho mas simbólicamente porque, tres de cada cuatro veces, la manera de ser de la suegra es estructuralmente bastante parecido a la del yerno.

Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay

jueves, 24 de julio de 2014

ES URGENTE QUE SEA URGENTE


Carta 4

¡Es urgente que sea urgente!

«La semana que viene no puedo ni ponerme enfermo ni tener una crisis: tengo ya la agenda a tope.»
Profesional anónimo estresado y cabreado.

Querido y muy estresado jefe:

Acabo de verte pasar como una exhalación camino del despacho del director general. Hace días que ni siquiera coincidimos frente a la máquina del café.

Estás pero no estás. Me miras pero no me ves. Apenas me saludas y mucho menos me hablas. No me ha llegado, ni de palabra ni por escrito, ni un solo comentario tuyo sobre mis cartas. Parece como si no las hubieras leído...

Mientras espero tu ayuda sigo dándole vueltas al porqué de nuestra insatisfacción, de nuestra infelicidad. Y cada vez tengo más claro que gran parte de la responsabilidad la tiene una palabra que oímos últimamente hasta la saciedad: urgente. O, mejor dicho, el uso que le damos a esta palabra en el entorno laboral.

Seguro que las siguientes frases, o algunas parecidas, te resultarán muy familiares:

—«Tienes una llamada urgente.»
—«La propuesta se tiene que mandar urgentemente.»
—«La reunión se adelanta: es urgente.»
—«Contéstame a este e-mail en cuanto lo leas. Es urgente.»

Y el colmo de los colmos:

—«¡Es urgente que sea urgente!».
(Lo juro: se lo oí decir en una ocasión a una encantadora secretaria, desquiciada por un jefe déspota que necesitaba estar permanentemente excitado.)

Pero ¿qué nos pasa?
¿Es que acaso nos invaden los extraterrestres?
¿Viene un meteorito directo a estrellarse contra la Tierra?

Demasiado Independence Day y demasiado Armaggeddon, demasiado Wall Street y demasiada Nueva Economía. ¡Nos los hemos tragado, igual que nos tragamos en su día que nos tenemos que ganar la vida!

A veces pienso que hay quien está convencido de que hoy, para ser competitivo, en lugar de ser competente hay que ser «urgente».

Porque, etimológicamente, urgir y apretar son una misma cosa, y vamos casi todos muy apretaditos y muy quemaditos en muchos sentidos... ¿o no?

Y así vamos...

—Corre que te corre.
—Con prisas y más prisas.
—Tirando millas.
—Pitando.
—Agobiados.
—Con apretones de dientes y esfínteres...

En el delicioso libro Martes con mi viejo profesor, su protagonista, Morrie Schwartz, el viejo profesor sabio y moribundo, le dice lo siguiente a su amado y antiguo alumno: «Una parte del problema (...) es la prisa que tiene todo el mundo. Las personas no han encontrado sentido en sus vidas, por eso corren constantemente buscándolo. Piensan en el próximo coche, en la próxima casa, en el próximo trabajo. Y después descubren que esas cosas también están vacías, y siguen corriendo».

Se puede decir más alto, pero no más claro.

Y la pregunta es: esta presión social, ¿dónde nace?

¿No será que la presión nos la ponemos encima nosotros mismos?

¿No será que la presión aparece como resultado de no hacernos valer, de no poner límites, de no poner sentido común, de no escucharnos, de no sentarnos a hablar, a dialogar con los demás?

¿No será que la presión aparece cuando nos ponemos a hacer algo en lo que realmente no creemos pero que debemos hacer para disponer de recursos que financien nuestro día a día y nuestros «compromisos»?

¿NO SERÁ QUE LA PRESIÓN, Y SU PRIMA HERMANA LA DEPRESIÓN, NACEN, EN DEFINITIVA, DEL MIEDO?

Espero tu respuesta.

Álex

P. D. «La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir» dijo Cari Gustav Jung... A menudo vivimos en la urgencia para llenar el vacío que provoca nuestra avidez. Ello nos desconecta de nosotros mismos, de nuestra esencia, de nuestra vida. El sentimiento de urgencia permanente desaparece cuando nos damos cuenta de que con nosotros mismos nos basta.

Extracto del libro: 
La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma

miércoles, 23 de julio de 2014

EL PRÓXIMO CARRO, LA PRÓXIMA CASA, EL PRÓXIMO TRABAJO


LAS RELACIONES COMO PRÁCTICA ESPIRITUAL


Como los seres humanos nos hemos ido identificando progresivamente con la mente, la mayoría de las relaciones no tienen sus raíces en el Ser, y por eso se convierten en fuente de dolor, dominadas por problemas y conflictos.

Si las relaciones energetizan y expanden los patrones mentales del ego y activan el cuerpo-dolor, tal como ocurre actualmente, ¿por qué no aceptar este hecho en lugar de intentar huir de él? ¿Por qué no cooperar con  él en lugar de evitar las relaciones o de seguir persiguiendo el fantasma de una pareja ideal que sea la respuesta a todos tus problemas o el complemento que te haga sentirte realizado?

El reconocimiento y la aceptación de los hechos te permite cierta libertad respecto a ellos.

Por ejemplo, cuando sabes que hay desarmonía y lo tienes presente, ese mismo hecho constituye un factor nuevo que no permitirá que la desarmonía se mantenga invariable.

CUANDO SABES QUE NO ESTÁS EN PAZ, ese conocimiento crea un espacio tranquilo que envuelve tu falta de paz en un abrazo amoroso y tierno, y después transmuta en paz la ausencia de paz.

No hay nada que puedas hacer respecto de tu transformación interna. No puedes transformarte a ti mismo y, ciertamente, no puedes transformar a tu pareja ni a ninguna otra persona. Lo único que puedes hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la gracia y el amor en tu vida.

De modo que cuando veas que tu relación no funciona, cuando haga asomar tu «locura» y la de tu pareja, alégrate. Lo que era inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de salvación.

PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA (extracto)
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

martes, 22 de julio de 2014

DEJAR DE NEGAR


SÓLO EL AMOR DISIPA EL ODIO (SUTRA 4)



Sutra 4: Sólo el amor disipa el odio.

En este mundo el odio nunca ha disipado al odio. Sólo el amor disipa al odio. Esta es la ley, ancestral e inagotable.
Buddha

La luz disipa la oscuridad, y la oscuridad es el odio. ¿Cómo ganar la luz? A trvésde la meditación. Deja tu mente en blanco. desapégate de los resultados que generan odio. Gana el silencio, así entrará la luz en tí y el odio te será indiferente.

Estamos muy acostumbrados a odiar en nuestra vida, y eso sólo refleja nuestra insatisfacción por haber firmado un contrato que después de los años reconocemos lesivo: el contrato del Ego, del condicionamiento, del sometimiento a las normas de otros. Vaciemos la mente, busquemos el origen de nuestro odio, y encontraremos la paz. La gran sorpresa será descubrir que no odiamos a los demás sino a nosotros mismos.




Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix

lunes, 21 de julio de 2014

EL AMOR DISIPA AL ODIO


TRANSFORMANDO LA IRA JUNTOS


«Cariño, estoy enojado, estoy sufriendo».
«Estoy haciendo lo que puedo».
«Por favor, ayúdame. Cariño, necesito tu ayuda».

Si yo fuera la otra persona y tú compartieras estas tres frases conmigo, yo vería que me eres muy fiel y que me amas de verdad. No sólo compartes tu alegría cuando eres feliz, sino que cuando sufres también compartes tu sufrimiento. Al decirme que estás haciendo todo lo que puedes, me inspiras confianza y respeto porque eres un verdadero practicante. Eres fiel a lo que has aprendido, a las enseñanzas y a la comunidad de practicantes. Cuando practicas estas tres frases, estás abrazando en tu corazón a tu maestro y a tu sangha.

Como estás haciendo todo lo que puedes, yo también acabo haciéndolo. Vuelvo a mí mismo y practico. Para ser digno de ti, he de observarme profundamente y hacer también todo lo que pueda. He de preguntarme: « ¿Qué he dicho, qué he hecho para hacerle sufrir así? ¿Por qué he hecho eso?».

Sólo con escucharte, sólo con leer la nota de paz que me has dado, puedo ya recuperarme. Después de que el Dharma te ha conmovido a ti, está empezando a conmoverme a mí, y ahora he de ser yo quien aloje en mi ser la energía de ser consciente.

Cuando la otra persona reciba tu mensaje, un mensaje expresado con palabras afectuosas, se sentirá inspirada por tu amor, tu lenguaje y tu práctica. Al recibir este mensaje experimentará un gran despertar y sentirá un gran respeto.

Deseará volver a sí misma y plantearse de nuevo si ha hecho o ha dicho algo que te haya hecho sufrir. De esta forma le habrás transmitido tu práctica. Verá que estás haciendo todo lo que puedes, y para responder a ello también hará lo mismo. Se dirá en su fuero interno: «Cariño, yo también estoy haciendo todo lo que puedo».

Esto es maravilloso, los dos estáis practicando y el Dharma se aloja ahora en ambos. El Buda vive en vosotros, ya no hay ningún peligro, habéis vuelto a vosotros mismos con la práctica de observar profundamente para comprender de verdad la situación. Ahora es cuando podemos descubrir en nuestro interior lo que realmente está ocurriendo, y debemos contárselo enseguida a la otra persona.

Quizá hayas comprendido que te has enojado por culpa de una percepción errónea. Cuando lo descubras, cuéntaselo a la otra persona en el acto, dile que sientes haberte enojado por nada. Ella no ha hecho nada malo, tú te has enojado porque has malinterpretado la situación. Telefonéale, envíale un fax o un email, porque estará muy preocupada por tu sufrimiento y cuando se lo cuentes se sentirá mejor enseguida.

Al reflexionar sobre lo que ha pasado, la otra persona puede que descubra que también ha dicho o hecho algo porque estaba  irritada o por una percepción errónea.

Te dice que siente lo que ha dicho o hecho, pero también ha de compartir contigo lo que ha descubierto: «Cariño, el otro día estaba distraída. Dije algo que no estuvo bien, tuve una percepción errónea, me comporté con crueldad y me doy cuenta de que lo hice porque actué con torpeza, pero no pretendía hacerte sufrir. Te pido perdón y te prometo que la próxima vez estaré más atenta». Cuando recibes este mensaje dejas de sufrir y en tu corazón sientes un gran respeto por la otra persona. Ahora ella es un copracticante. El mutuo respeto que os profesáis seguirá aumentando, y el respeto es la base del verdadero amor.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh