La profundidad de tu experiencia sexual decidirá la profundidad de todas tus experiencias. Si uno no puede adentrarse profundamente en la experiencia sexual, entonces jamás podrá adentrarse profundamente en nada, porque se trata de la experiencia más fundamental y natural.
Tu biología está lista para el sexo, no se supone que debas aprender nada sobre él. Aprendes música, ya que es algo que no está incorporado a ti, tienes que aprenderla. Aprendes poesía, pintura, danza, tienes que aprenderlo. El sexo está ahí... el guión ya lo tienes en tu biología.
De modo que si no eres capaz de adentrarte profundamente en el sexo -que es algo natural-, ¿cómo podrás hacerlo en la música o en la danza? Si te contienes en el sexo, también te contendrás en la danza. Tampoco serás capaz de entrar en ninguna relación, porque la relación siempre tiende a volverse sexual. La gente tiene tanto miedo... Y es la mente moderna la que se torna especialmente temerosa, porque se han llegado a conocer muchas cosas, y el conocimiento no te ha ayudado a profundizar, solo te ha ayudado a sentir miedo.
Nunca antes en la historia de la humanidad el hombre tuvo miedo, pero después de Masters y Johnson todo hombre teme descubrir que no es lo bastante hombre. La mujer tiene miedo a descubrir si será capaz o no de experimentar un orgasmo. Si no puede tenerlo, es mejor no adentrarse en el sexo, porque entonces resulta muy humillante, o deberá fingir. Y el hombre tiene tanto miedo y nervios, tiembla por dentro por si no consigue demostrarle a la mujer que es el hombre más grande del mundo. ¡Qué tontería! Solo con ser tu mismo ya es suficiente.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 252
Osho
Día 252