lunes, 14 de diciembre de 2015

MÚSICA NO TOCADA


En sánscrito nada significa música, pero en español significa nada. También ese es un sentido hermoso, porque la música de la que hablo es la música de la nada, del silencio. Los místicos la han llamado la música no tocada.

Hay una música que está no creada, que se encuentra ahí como una corriente oculta en nuestro ser; es la música de la armonía interior. También hay una música en la esfera exterior: la armonía de las estrellas, de los planetas; toda la existencia es como una orquesta. Excepto el hombre, nada está desafinado; todo se halla en una armonía tremenda. Por eso los árboles poseen tanta gracia, al igual que los animales y los pájaros. Solo el hombre se ha vuelto feo, y el motivo es que ha intentado mejorarse; ha tratado de convertirse en algo.

En cuanto surge el deseo de llegar a ser algo, uno se vuelve feo, se desafina, porque la existencia solo sabe de ser, llegar a ser es una fiebre en la mente.

El hombre jamás está contento. Ese descontento crea fealdad, porque está completamente lleno de quejas, solo quejas y nada más. Quiere esto, quiere aquello y jamás está contento; aunque lo consiga quiere más. El «más» persiste... la mente no deja de pedir más y más. Llegar a ser es la enfermedad del hombre.

En cuanto uno deja de «llegar a ser», de pronto se oye una música. Y cuando esa música empieza a rebosar, a fluir por ti y a ir lentamente más allá hacia otras personas, se convierte en algo compartido. Esa es la gracia de los Budas. Están llenos de música interior, de armonía, y la armonía no deja de rebosar; también llega hasta otras personas.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 314
Fotografía tomada de internet