El no es como una roca en la fuente... el manantial está siendo aplastado por él, y ese manantial eres tú. Con el no te quedas lisiado, paralizado.
Continua martilleando la roca del no, y algún día cederá, y cuando lo haga, entonces surgirá el sí, el sí auténtico y real. No te digo que finjas el sí, ni que digas sí cuando no te surge. Si no aparece, no tienes que preocuparte. Sigue martilleando la roca.
No aceptes el no, porque no se puede vivir en un no. No puedes ingerir comida con un no, no puedes beber agua con un no. Nadie puede vivir en el no... solo puedes sufrir y crear más y más desdichas. El no es el infierno. Solo el sí acerca el cielo... y cuando surge un sí verdadero de tu ser total, no queda nada detrás. ¡En ese sí te conviertes en uno y toda tu energía asciende y dice sí, sí, sí!
Ese es el sentido de la palabra amén. Cada oración ha de cerrarse con un «amén»... significa sí, sí, sí. Pero debería salir de las mismas entrañas. No debería ser algo mental, no debería estar solo en los pensamientos. De modo que no te pido que lo digas; digo que le hagas sitio para que aparezca.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 326
Osho
Día 326
Fotografía tomada de internet