viernes, 6 de julio de 2018

EL PROCESO CREATIVO


Para salir del atolladero a veces es necesario hacer lo contrario de lo que haríamos en condiciones normales. Es lo que también se llama «pensamiento lateral», es decir, la inspiración que brota del inconsciente. Para ello, profundizaremos en el proceso creativo de la mano de uno de los teóricos más brillantes sobre las etapas de la generación de ideas, Graham Wallas. En su ensayo El arte del pensamiento, publicado en 1926, explicó de la siguiente manera el proceso en el que creamos algo nuevo:

EL PROCESO CREATIVO

1. Preparación. La mente se centra en un asunto o problema y, una vez enfocado, explora sus dimensiones y características.

2. Incubación. El problema es interiorizado en el hemisferio derecho del cerebro y permanece allí sin que parezca que sucede nada externamente.

3. Intimación. Una vez que nos hemos familiarizado con el asunto, «presentimos» que la solución está próxima.

4. Iluminación. Denominada técnicamente insight, en esta etapa la idea creativa emerge del interior y se hace consciente.

5. Verificación. La idea es probada y perfeccionada al aplicarla al mundo exterior.

Más allá de esta descripción teórica, lo que nos interesa es estimular cada una de las cinco fases para que nuestra energía creativa fluya de forma natural e ininterrumpida. Éstas son sólo algunas pistas para activar las diferentes etapas del viaje:

1. Tratar los problemas o cuestiones por separado nos ayuda a comprenderlos en toda su complejidad. En lugar de dispersarnos, el momento creativo exige que acotemos el terreno en el que vamos a sembrar las ideas.

2. Mientras «incubamos» una idea, resulta útil potenciar el pensamiento lateral con actividades en las que nuestra vertiente emocional e intuitiva toma el mando, como escuchar música, leer poesía o incluso soñar.

3. No hay que forzar una idea «rompiendo el cascarón» antes de tiempo. Hay que dejarla madurar. Es más, la presión para hallar la solución a un determinado problema normalmente entorpece nuestra agilidad mental.

4. Deberíamos llevar con nosotros una pequeña libreta donde anotar los insights que van surgiendo espontáneamente. Puesto que no podemos saber cuándo una nueva idea romperá el cascarón, hay que estar preparado para capturarla antes de que emprenda el vuelo.

5. Las ideas envejecen o pierden su sentido si no se llevan a la práctica. Si queremos mantener bien engrasada nuestra maquinaria creativa, debemos aplicar nuestras inspiraciones en el campo de pruebas del mundo.


Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
  Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet