sábado, 16 de noviembre de 2019

SER Y LLEGAR A SER


¿QUÉ ES EL ÉXTASIS? ¿Algo que hay que alcanzar? No. ¿Algo que tienes que ganar? No. ¿Algo que tienes que llegar a ser? No. El éxtasis es ser y llegar a ser, es el sufrimiento. Si quieres llegar a ser algo, serás desdichado. Llegar a ser es la raíz misma de la desdicha. Si quieres ser extático, tiene que ocurrir ahora, en este mismo momento. En este mismo momento puedes ser feliz; nadie te lo impide. La felicidad es tan evidente, tan fácil... Es tu carácter mismo. La llevas en ti. Dale la oportunidad de salir a la superficie, de florecer.

Y recuerda que el éxtasis no es un asunto de la cabeza, sino del corazón. El éxtasis no es una cuestión de pensamientos, sino de sentimientos. Y a ti te han privado de los sentimientos, te han aislado de los sentimientos. No sabes lo que es el sentimiento. Incluso si dices «Siento», sólo piensas que sientes. Cuando dices «Me siento feliz», obsérvalo, analízalo, y descubrirás que, en realidad, crees ser feliz.

Incluso los sentimientos tienen que pasar por el pensamiento, por la censura del pensamiento. Sólo se permiten cuando los aprueba el pensamiento. Si el pensamiento no los aprueba, se arrinconan en el inconsciente, en el sótano de tu ser, y se olvidan.

Sé más corazón y menos cabeza. La cabeza es solamente una parte de ti; el corazón, en el sentido que yo le doy a la palabra, es todo tu ser. 

El corazón es tu totalidad, de modo que cuando funcionas en tu totalidad funcionas con el sentimiento. Cuando funcionas parcialmente, lo haces con la cabeza.

Observa a un pintor pintando; ésa es la diferencia entre un verdadero artista y un técnico. Si el pintor es un simple técnico que conoce la técnica de la pintura, que sabe cómo hacer las cosas, que sabe de colores, pinceles, lienzos y que ha realizado el aprendizaje, funcionará con la cabeza. Será un técnico. Pintará, pero sin poner todo de sí en la pintura. Observa a un verdadero artista que no es un técnico. Se ensimismará en la pintura, como borracho. No sólo pintará con la mano, ni sólo con la cabeza. Pintará con todo su ser, con las entrañas, participarán sus pies, su sangre, sus huesos, su médula, todo en él participará. Puedes observarlo, verlo, sentirlo, que está plenamente en su tarea, perdido. No existe nada más. Está borracho. En ese momento, deja de ser. No es un hacedor. La cabeza es hacedora. En ese momento de ensimismamiento absoluto, no es hacedor; es un conducto, como si el todo pintara a través de él.

Cuando te encuentras con un bailarín, un verdadero bailarín, no un simple intérprete, verás que no baila. En él baila algo del más allá. Está completamente metido en ello.

Cuando estás completamente metido en algo, vives el éxtasis.

Cuando te metas parcialmente, seguirás siendo desdichado, porque una parte de ti se moverá al margen del todo. Se producirá una división, una escisión, una tensión, una angustia.

Si amas con la cabeza, tu amor no te proporcionará una experiencia extática. Si meditas con la cabeza. 


Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet