15. El que actúa motivado por una mala intención sufre en este mundo y en el mundo del más allá(1). La impureza de sus actos aflige y apesadumbra a su corazón.
16. El devoto que lleva una vida religiosa es feliz en este mundo y en el mundo del más allá. La pureza de sus obras deleita y regocija a su corazón.
(1) Según las enseñanzas budhistas –como también las de muchas otras religiones– la existencia relativa no es exclusiva de esta tierra, sino que existen múltiples planos universales en el que habitan los seres hasta llegar al Supremo Nirvana.
Extracto del libro:
Dhammapada Buda
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