jueves, 5 de agosto de 2021

NO TIENES POR QUÉ PREOCUPARTE DE TI MISMO


CAPITULO 17
NO TIENES POR QUÉ PREOCUPARTE DE TI MISMO

La Verdad Callada representa un desafío directo a todas las ideas que albergan sobre sí mismas la mayoría de las personas; y cuánto más a las ideas que albergan acerca de Dios. También es fundamental para la cuestión de cómo se producen las cosas. Tiene que ver más que ninguna otra cosa con el cómo se hace realidad la realidad.

Para entender el Proceso de la Creación Personal tenemos que hablar mucho de Dios; cuánto más para enseñarlo. También puede resultarnos beneficioso hablar mucho a Dios.

Así lo he hecho yo en mis conversaciones con Dios, y una parte de lo que voy a decir en este capítulo se encuentra en mis libros anteriores en los que presento estas conversaciones. Si has leído alguno o varios de estos libros, lo que vas a leer a continuación te resultará familiar. Te ruego que tengas paciencia por consideración con los que no han leído esos textos anteriores. (Y ten en cuenta que tampoco tiene nada de malo repasar estas nociones.)

Como ya he dicho varias veces, muchos mensajeros que están dispuestos a hablar a los demás de la «Ley de la Atracción» rara vez suelen pronunciar la palabra «Dios». Yo creo que esto se debe a que algunos de estos escritores y cineastas pueden tener la impresión de que la idea de que Dios es la fuente de la Energía de Atracción desvirtúa el concepto principal que quieren transmitir ellos, a saber, que el poder se encuentra dentro de ti.

Parece claro que algunos de estos mensajeros han llegado a la conclusión de que la explicación que parecerá más interesante a la gente será la que ponga el Proceso de la Creación Personal en las manos de la gente misma. Si se consigue que las personas se sientan poderosas, y algunas no se habrán sentido así en toda su vida, se les estará otorgando un don muy valioso.

No es que yo esté en desacuerdo con esta parte. Pero sí que creo que si no haces intervenir a «Dios» en el Proceso de la Creación Personal, estarás tentado de creerte a ti mismo el único poder que está detrás del proceso, en vez de creer que Dios y tú, en sociedad, sois el poder de alma(1) que está detrás del proceso. Estoy seguro de que, si sucumbes a esta tentación, podrás hacer manifestar con muchísima menor eficacia lo que quieres crear.

(1) El autor hace un juego de palabras intraducibie. En inglés, sole (único) se pronuncia igual que soul (alma). [N. del T.]

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La Creación Personal es el modo que tiene Dios de decirnos: «Tus deseos son órdenes para mí».

A muchas personas les resulta difícil aceptar esto. Esta manera de pensar en Dios representa un gran desafío. La mayoría de las personas que creen en Dios de una manera u otra conciben que es Dios quien nos da órdenes a nosotros. No consideran que nosotros podamos dar órdenes a Dios. Pero es verdad que Dios dice a todos los seres humanos: «Tus deseos son órdenes para mí».

Esto no es así porque Dios sea magnánimo(2), sino porque es ubicuo; no es por la inmensidad del amor de Dios, sino por la inmensidad del propio Dios.

(2) Conviene señalar que en el original se evita atribuir a Dios pronombres que lo asocien a un sexo o género gramatical; es decir, que no se considera a Dios masculino ni femenino. En la traducción española, por la necesidad de concordar los adjetivos y atributos, le atribuiremos convencionalmente el género gramatical masculino, sin que ello suponga atribuir sexo alguno a Dios. [N. del T.]

Dios es tan grande que no hay lugar donde no esté. Ésta es otra verdad de la vida, tan asombrosa que muchas personas no la entienden plenamente, y que muchas religiones no ayudan a la gente a entenderla plenamente.

Muchos seres humanos creen que Dios está limitado en algunos sentidos.

Creen que hay lugares donde Dios no está. Creen también que hay cosas que Dios no puede controlar. Ambas ideas son inexactas.

Vamos a ver primero esta cuestión del control.

Si Dios no quisiera, tú no podrías mover ni el dedo meñique. Por eso, todo lo que haces, más aún, todo lo que ha sucedido en la tierra, está dentro de la Voluntad de Dios, y no fuera de ella.

También están los que dicen que tal o cual cosa «no es la Voluntad de Dios». Pero ¿cómo podría pasar una cosa si no fuera la Voluntad de Dios?

También están los que dicen que Dios permite que pase. Pero, si Dios lo permite, ¿no lo convierte así en Voluntad Suya?


¿Se puede decir que una cosa que Dios permite es una cosa que Dios no quiere permitir? Pero, si Dios lo quiere, ¿no es entonces voluntad de Dios? ¿Qué diferencia hay entre lo que Dios «quiere» y la «voluntad» de Dios?

Todo es Voluntad de Dios, lo cual se demuestra por el hecho mismo de que sucede. Esto debe ser así... a no ser que seamos, verdaderamente, Hijos de un Dios Menor.

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Del mismo modo que Dios no está limitado en cuanto a poder, tampoco está limitado en cuanto a tamaño. Como ya hemos dicho, Dios es ubicuo. Dios está en todas partes. Eso significa que no hay ningún lugar donde no esté Dios.

Ningún lugar.

Esta idea es revolucionaria teológicamente. Anuncia la realidad omnipresente de Dios en y dentro de todas las cosas. Incluso de ti.

Muchas personas creen que Dios está en todas partes pero no creen que Dios resida dentro de ellas. Puede que lo digan por humildad, pero en realidad suponer que Dios existe en todas partes del universo menos dentro de ti es el colmo de la soberbia.

Si así fuera, tu cuerpo, tu mente y tu alma serían como una finca privada y muy exclusiva.

Por otra parte, si aceptamos lo que dicen hasta las religiones tradicionales, que Dios es el Alfa y el Omega, el principio y el fin, el Todo-en-todo, entonces debemos llegar necesariamente a la conclusión de que Dios existe en nosotros.

Es una conclusión importante, pues si es exacta (y lo es), se nos plantea una cuestión muy interesante y significativa: ¿dónde existe Dios en nosotros? ¿En el dedo meñique? ¿En el dedo gordo del pie? ¿En el cerebro? ¿En el corazón? ¿En el alma? (¿Tenemos alma, en todo caso?) (—Sí.)

La respuesta: si Dios es verdaderamente el Todo-en-todo, el Alfa y el Omega, entonces no puede haber ninguna parte de nosotros donde no esté Dios.

De hecho, no hay ninguna parte de nada donde no esté Dios. Dios está en todas partes y se manifiesta en todo.

Esto nos vuelve a traer a la Verdad Callada. Si Dios está en todas partes dentro de ti, si no hay ninguna parte de ti donde no esté Dios, entonces Dios eres tú.

Y todo lo demás.

Cuando hayas entendido esto, ya no podrás volver a imaginarte que «tú» eres el protagonista de tu vida. No lo eres en el sentido de que «tú» tengas que ser, hacer o tener algo en concreto para ser feliz. Ni tampoco en el sentido de que «tú» necesites o requieras algo para sobrevivir.

Cuando vivimos en esta verdad, nos resulta mucho más difícil quedar «atrapado» en los «dramas» cotidianos y menores de la vida tal como los viven actualmente la mayoría de las personas de la tierra, y adquirimos una perspectiva nueva de las tragedias verdaderamente graves y de la confusión de nuestra especie.

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Yo pasé cincuenta años viviendo con un error de identidad. Me creía aparte de Dios. Ahora sé que eso no es cierto y que Dios y yo somos Uno. Esto no quiere decir que «yo soy Dios», en el sentido más soberbio de estas palabras. Lo que quiere decir es que «yo soy lo que es Dios, y Dios es lo que yo soy». !Quiere decir que verdaderamente he sido hecho a imagen y semejanza de Dios!

Y tú también.

A nivel estrictamente personal, esto significa que no tienes necesidad de nada en absoluto, de manera que puedes abandonar ahora mismo todos tus «dramas» personales y cotidianos: como ya eres todo lo que podrías imaginarte que necesitas o que deseas, ¿qué necesidad tienes de sentirte agitado?

¿Qué deseas amor? Eres amor. ¿Qué deseas abundancia? Eres abundancia. ¿Qué deseas compasión, perdón, comprensión? Eres compasión, perdón, comprensión.

Es posible que no sepas que eres esas cosas si te pasa como me pasó a mí, si vives con un error de identidad; sin embargo, la manera más rápida de saber que eres esas cosas es ser esas cosas. Y la manera más rápida de conocerte a ti mismo siendo esas cosas es dar esas cosas a los demás. Pues el tener se realiza y se multiplica al dar, y el ser se conoce y se expande al tener, y en el ser abrazas y expresas el conocimiento de Quien Eres... y éste es el propósito de todo el vivir.

De manera que no os preguntéis ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con qué nos vestiremos? Buscad primero el reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura.

No te preocupes por ti mismo. Tu vida se resolverá. Preocúpate por todos los demás que no lo saben y a cuya vida afectas.

En Conversaciones con Dios se deja muy claro que tu supervivencia no corre peligro nunca, y el mensaje se recalca en el último libro de la serie de CcD, En casa con Dios en una vida que nunca termina, donde se expone de manera muy concreta, explicando lo que sucede exactamente durante el viaje eterno del alma.

Esta conversación nos cuenta que la Vida misma es un bucle sin fin, y que la energía de la vida se encuentra presente en todas partes, individualizándose en ti y en mí y en todo lo que existe. Estos aspectos individualizados de la Divinidad (lo que llamamos «almas») recorren este bucle sin fin, pasando desde el plano de lo absoluto hasta el plano de lo relativo y viceversa, de lo espiritual a lo físico y viceversa, una y otra vez a lo largo del tiempo, que no es más que un solo tiempo: el único momento que existe (lo que llamamos el Ahora).

El propósito de este viaje continuo es crear una oportunidad eterna y un contexto infinito en el que podamos vivir y expresar, hacernos y cumplir, saber y
recrear Quienes Somos.

Aspiramos a conocernos a nosotros mismos como aquello que es Divino, en todos los aspectos de la Divinidad Misma, y nos estamos sirviendo para ello de la Eternidad y de lo Infinito como herramientas. La Eternidad y lo Infinito son los máximos dones de Dios.

¿Cómo puede ser eterno el viaje? Muy sencillo. Cuando llegamos al «final» (definiendo como tal el conocimiento y vivencia últimos y totales de Quienes Somos de Verdad), nos limitamos a hacer, como un Todo Completo, lo que habíamos estado haciendo como aspectos individualizados de la Divinidad: recrearnos a nosotros mismos en la próxima versión, la más grandiosa, de la visión más grande que hayamos tenido nunca de Quienes Somos. Después, volvemos a individualizarnos, y aplicamos una vez más el proceso de la vida para vivir esa próxima versión más grandiosa, pieza a pieza.

Mi diálogo final con Dios nos da un atisbo de ese proceso y de cómo funcionan los grandes Principios de la Vida. Citemos el texto de En casa con Dios: En esta santa trinidad —Dios en tres partes— tu mente está allí donde tiene lugar tu actividad consciente. Por tanto, piensa sólo lo que eliges vivir, di sólo lo que eliges hacer realidad, y utiliza tu mente para ordenar conscientemente a tu cuerpo que haga sólo lo que eliges expresar como tu realidad más elevada.

Así es como creas a nivel consciente.

Observa esto atentamente. ¿Acaso no es lo que han hecho todos los maestros? ¿Ha hecho algo más algún maestro? No. En una palabra: no.



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet