El mapa mental fue creado por Tony Buzan, escritor y consultor educativo, para mejorar las capacidades mentales. Sus estudios sobre el procesamiento de la información y sobre la estructura y el funcionamiento de las neuronas confirmaron sus teorías y dieron como resultado esta herramienta al alcance de cualquiera.
El cerebro funciona de forma asociativa y lineal: toda palabra e imagen tiene asociadas otras combinaciones de palabras e imágenes, y así sucesivamente. Utilizando el mapa mental estamos siguiendo el patrón de pensamiento y fomentando el aprendizaje y la creatividad, además de ayudar a mantener activo todo el cerebro, ya que con él combinamos ambos hemisferios: el izquierdo, encargado de la lógica y de ordenar las ideas, y el derecho, generador de éstas.
Nuestra mente está acostumbrada a trabajar con asociaciones y de hecho las hace de forma inmediata. Con esta técnica le ofrecemos un medio donde puede expresarse de forma más rápida y cómoda que utilizando palabras o frases, ya que nuestra mente no trabaja de forma esquemática.
Brainstorming sobre el papel
Un mapa mental puede utilizarse a la vez con una lluvia de ideas. Pueden desarrollarse nuevos conceptos, solucionar problemas, tomar apuntes, estudiar para exámenes, memorizar materia... Hay miles de posibilidades.
Para hacer un mapa mental sólo necesitaremos un papel en blanco lo más grande posible, lápices, tizas de colores, postit de colores...
En medio de la hoja escribiremos o dibujaremos el concepto o idea principal, que debe ser clara y llamativa.
Podemos encontrar esta idea preguntándonos lo siguiente: ¿qué estamos buscando?, ¿cuáles son nuestros objetivos?, ¿y nuestros interrogantes? Reflexionaremos brevemente sobre ella y dibujaremos un círculo a su alrededor.
Fuera del círculo escribiremos o dibujaremos otras ideas importantes; nunca nos detendremos a pensar ni nos quedaremos ideas en la cabeza para encontrar una palabra mejor.
Tenemos que dejar espacio en blanco por si después queremos añadir algo; un mapa mental siempre está abierto a cambios. Hay que trabajar rápido y de forma concentrada en lo que estamos haciendo, revisando el trayecto, dando color a los temas diferentes y resaltando aquellos más importantes.
Debemos continuar hacia el exterior e ir extendiéndonos a los límites sin importar hacia dónde nos conduzca.
Llegará un momento en que el propio desarrollo nos detendrá.
Luego descansaremos, dejando reposar el mapa para luego volver a revisarlo. El mapa será un documento de aprendizaje y desarrollo personal que podremos guardar y utilizar siempre que lo necesitemos.
Utilizando esta técnica es posible representarse y organizar de forma sencilla y espontánea cualquier problema o situación, tema o idea, y nuestro cerebro podrá asimilarla con la misma facilidad con que nosotros la dibujamos, porque tiene el mismo aspecto que un pensamiento. De este modo, nuestras ideas se crean, conectan y crecen de forma natural, sin barreras ni límites. El mapa mental nos ayuda a reflexionar sobre nuestra situación de una forma relajada, sin esfuerzos, y podremos encontrar soluciones gracias a la conexión de aquello que naturalmente está ligado.
Nuestra propia isla del tesoro
De niños imaginábamos qué seríamos cuando fuéramos mayores, jugábamos y fantaseábamos con nuestra casa y familia, con el coche que conduciríamos y si viajaríamos a países exóticos; pero cuando crecemos olvidamos qué significa jugar y nuestros sueños quedan enterrados en el fondo de nuestro corazón, asomando la cabeza de vez en cuando y suspirando porque les prestemos atención.
Nunca olvidamos nuestros deseos; quizá algunos cambian con la edad, pero en nuestro fuero interno existe una vocecita que continúa fantaseando con ello. Pero ¿por qué dejar de soñar? ¿Por qué no continuar jugando? ¿Por qué no dibujar nuestro propio mapa del tesoro?
El mapa del tesoro es una técnica y un ritual que nos ayuda a focalizar nuestros pensamientos y nuestra atención hacia las metas que nos interesan. Es decir, nos señaliza el camino hacia lo que para nosotros es valioso.
Al dibujar y ramificar nuestras metas utilizando el mapa mental, si lo tenemos a la vista a diario nuestra idea estará más cerca de materializarse, ya que tomaremos conciencia de lo que hemos plasmado en el mapa del tesoro.
Cuando elaboremos este mapa del tesoro debemos permitir que nos llene de energía e imaginación. Debe ser una invitación a pensar en nosotros mismos y definir cuáles son nuestros intereses, actividades, deseos, metas...
Según los expertos, el centro del mapa del tesoro debe ser una imagen poderosa que represente nuestro mayor deseo con sus ramificaciones. Se trata de un collage, un mural que muestra las etapas hacia nuestra isla del tesoro, la meta que nos hemos fijado alcanzar.
Durante la construcción del mapa debemos actuar como niños que juegan, ya que se trata de un ritual de renovación y cambio. Cuando dibujemos nuestro mapa, estaremos dejando atrás nuestros temores para empezar una vida nueva.
Cuando lo contemplemos por las mañanas y antes de acostarnos debemos sentir que ésa es nuestra vida. Todo lo que redactemos en el mapa del tesoro deberá estar escrito en presente, y podremos dejar algún espacio en blanco para añadir algo en un futuro. Debe colocarse en un lugar bien visible hasta que hayamos completado la travesía, momento en que podremos deshacernos de él.
Sin embargo, como remarcábamos al principio del libro, ningún mapa del tesoro debe ser un objeto de contemplación, sino un disparador para la acción, como nuestros antepasados cazadores cuando dibujaban en las cuevas las piezas que iban a cobrar.
Una vez que tenemos claro el objetivo, hay que salir a cazar.
Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet