Responde a este momento. Eso es la responsabilidad. En este momento, enfrentalo y decide.
A alguien le gustaría casarse contigo. Te desconcierta saber si debes contestar que sí o que no, así que recurres al I Ching (libro de práctica adivinatoria u oracular).
Es tu vida... ¿por qué dejársela para que decida por ti a alguien que escribió un libro hace cinco mil años? Es mejor decidir por tu propia cuenta. Aunque erres y te extravíes entonces también es mejor decidir por tu propia cuenta. Y aunque no te extravíes y tengas una vida más exitosa a través del I Ching, entonces eso tampoco es bueno, porque estas eludiendo la responsabilidad.
Y uno crece a través de la responsabilidad. Asúmela He aquí algunas formas de evitarla: algunos se la otorgan a Dios, otros al karma, unos al destino, otros al I Ching, pero la gente no para de entregársela a otra persona.
Una persona se transforma en espiritual cuando carga con toda la responsabilidad sobre sus propios hombros.
La responsabilidad es tremenda, y tus hombros son débiles, lo sé. Pero cuando la asumes, se vuelven más fuertes. No hay otra manera de que tus hombros crezcan y se tornen más fuertes. Si juegas con el I Ching y te sientes bien, no hay nada de malo en ello. Pero he de deciros que tampoco hay nada de bueno. No es más que un juego... disfrútalo es un juego de la mente. Y algún día tendrás que dejarlo.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 86