El camino espiritual implica ir más allá de la esperanza y del miedo, entrar en territorio desconocido, avanzar continuamente. El aspecto más importante del camino espiritual puede ser simplemente seguir moviéndose.
Generalmente, cuando llegamos a nuestro límite nos quedamos congelados de miedo. Nuestros cuerpos se quedan congelados y nuestras mentes también.
¿Qué hacemos con la mente cuando nos encontramos
con nuestro rival? En lugar de quejarnos o rechazar la
experiencia, podemos dejar que la energía de la emoción,
la calidad de lo que estamos sintiendo, nos atraviese el
corazón. Esto es más fácil de decir que de hacer, pero es
una manera noble de vivir. Se trata, en definitiva, del
camino de la compasión, el camino de cultivar la valentía y la bondad de corazón.Del libro:
CUANDO TODO SE DERRUMBA
PEMA CHÖDRON