En cualquier caso, la cuestión no consiste en librarnos de nuestros pensamientos sino en contemplar su verdadera naturaleza. Si entramos en ellos, nos harán dar vueltas en círculo, pero en realidad son como imágenes oníricas, como una ilusión, no son verdaderamente sólidos. Son, tal como decimos, simples pensamientos.
Del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron