¿Es posible juntarse con el amante y sobrevivir al intento?
Costes, riesgos y consecuencias a los que posiblemente debas hacer frente para que calibres tus fuerzas.
3. LOS TUYOS, LOS MÍOS Y LOS QUE VENDRÁN
No quiero pecar de trágico, pero un montón de hijos mezclados, de distintas procedencias
y generalmente incompatibles entre sí, sólo es agradable en la fantasía de
alguien apegado al más rígido romanticismo. Lleva tiempo y desgaste acoplarse a los
hijos de tu ex amante y que tu ex pareja vea con naturalidad que tus hijastros vivan con
sus hijos y que todos, además, acepten un embarazo inesperado. Dirás que es un retoño
producto del amor y, por lo tanto, un regalo que hay que bendecir, a pesar de la
confusión de madres/padres/hijos y sus respectivos acomodamientos. Ni que decir tiene
poner reglas, revisar los deberes, ir al colegio... en fin, una maraña de todos contra
todos, en el nombre del amor. ¿Realmente prefieres esto a aquellas tardes en el
Edén? Te recuerdo, sólo a modo de reflexión, una frase de Schopenhauer, para que la
revises en algún trasnoche amoroso: «En nuestro hemisferio monográfico, casarse es
perder la mitad de los derechos y duplicar los deberes». No sé si tiene razón, pero no
está de más considerarlo.
Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso