domingo, 10 de noviembre de 2013

LOS TUYOS, LOS MÍOS Y LOS QUE VENDRÁN

¿Es posible juntarse con el amante y sobrevivir al intento? 

Costes, riesgos y consecuencias a los que posiblemente debas hacer frente para que calibres tus fuerzas.


3. LOS TUYOS, LOS MÍOS Y LOS QUE VENDRÁN

No quiero pecar de trágico, pero un montón de hijos mezclados, de distintas procedencias 
y generalmente incompatibles entre sí, sólo es agradable en la fantasía de 
alguien apegado al más rígido romanticismo. Lleva tiempo y desgaste acoplarse a los 
hijos de tu ex amante y que tu ex pareja vea con naturalidad que tus hijastros vivan con 
sus hijos y que todos, además, acepten un embarazo inesperado. Dirás que es un retoño 
producto del amor y, por lo tanto, un regalo que hay que bendecir, a pesar de la 
confusión de madres/padres/hijos y sus respectivos acomodamientos. Ni que decir tiene 
las primeras comuniones, cumpleaños, graduaciones, futuros yernos y futuras nueras, 
poner reglas, revisar los deberes, ir al colegio... en fin, una maraña de todos contra 
todos, en el nombre del amor. ¿Realmente prefieres esto a aquellas tardes en el 
Edén? Te recuerdo, sólo a modo de reflexión, una frase de Schopenhauer, para que la 
revises en algún trasnoche amoroso: «En nuestro hemisferio monográfico, casarse es 
perder la mitad de los derechos y duplicar los deberes». No sé si tiene razón, pero no 
está de más considerarlo.

Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso