sábado, 30 de mayo de 2015

CUALQUIER MOMENTO, CUALQUIER LUGAR


La meditación no tiene nada que ver con el momento y el lugar. Tiene que ver contigo, con tu espacio interior. De modo que siempre que estés libre de la rutina diaria, relájate y permite que acontezca. Puede suceder en cualquier lugar, en cualquier momento, porque es no-temporal y no-espacial. 

La meditación correcta no conoce limitación, y lentamente el flujo se torna más y más consciente. Entonces, cualquier cosa que estés haciendo permanece en la superficie; en lo más hondo el río sigue fluyendo. Incluso en el mercado, rodeados de todo tipo de agitación, estas en absoluto silencio. Hasta cuando alguien te insulta, te ofende o trata de provocarte, en lo más hondo reina la calma; algo permanece impasible. Aun cuando hay mil y una distracciones, en el centro nada se distrae. Pero esa meditación no la puede conseguir la mente; solo la puede permitir el corazón. 

Este momento es meditación... ¡está ahí! No has hecho nada para que suceda; acontece por su propia cuenta. En este momento no hay tiempo. En este momento te ves transportado. En este momento puedes sentir esa calma, esa serenidad, esa trascendencia.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 285
Fotografía tomada de internet

DESPUÉS DEL SALTO


viernes, 29 de mayo de 2015

CAMINA ALERTA


NO LE RINDAS PLEITESÍA A NADIE


Pequeña guía para no idealizar a tu pareja y que el amor se pose sobre la tierra.

4. NO LE RINDAS PLEITESÍA A NADIE

Dar refuerzos, festejar los éxitos de la persona que amas o expresar afecto libremente es agradable y mantiene activa tu condición humana. Entregar amor al prójimo parece ser placentero en sí mismo; sin embargo, todo hace pensar que cuando estamos en pareja, este «altruismo emocional» requiere de retroalimentación para que funcione bien. Nuestra mente busca reciprocidad en la persona amada. Esta correspondencia no debe ser milimétrica y puntillosa, pero sí debe existir en tanto el corazón y el cuerpo la demandan. No se trata de egoísmo, sino de necesidad y expectativas: si damos sexo, esperamos sexo; y si somos fieles, esperamos fidelidad. «Amor con amor se paga», dice el refrán, y no hay nada mercantilista en ello; simplemente no queremos estar con alguien narcisista o indiferente que nos mire por encima del hombro o que se «olvide» de amarnos.

En el proceso de idealización del otro, este toma y daca, el balance esencial de la democracia amorosa, se rompe o se debilita, pues vemos al otro como un ser superior al que nada se le puede exigir o demandar. Rendirle pleitesía a la persona que amas te llevará a la sumisión y a la obediencia ciega: cuando tu existencia adquiere sentido gracias a tu pareja, ya andas de capa caída.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso
Fotografía de internet

miércoles, 27 de mayo de 2015

UNA SENTENCIA ECUÁNIME


Aunque extensa, esta historia, publicada en Semillas de Vida, procura algunas interesantes reflexiones. 

Ante un tribunal norteamericano, se presenta una pareja con sus respectivos abogados dado que están en trámites de divorcio. El abogado de la mujer reclama para ella el 50% de la venta de la casa, así como una pensión de por vida por la cantidad de 500 dólares que, según enumera, será para cubrir los gastos de electricidad, teléfono, y una pequeña lista de gastos mensuales. 

El abogado del esposo protesta, alegando que el hombre no tiene ninguna obligación hacia su mujer ya que los hijos son mayores de edad, están casados y ella bien puede ir a trabajar y mantenerse por sí misma; y además que ella nunca contribuyó a la manutención de esa casa, ni aportó ningún dinero para la compra de la misma. 

El juez escucha ambas partes y se queda indeciso por un momento leyendo los documentos. De pronto, escucha a la mujer llorando y le dice: 

—¿Qué le pasa, señora? 
—Señor juez, yo creo que todo eso es cierto. Así que voy a aceptar la sentencia de divorcio sin ninguna obligación de parte de mi marido hacia mí. Después de todo, yo bien pudiera ser una mujer profesional e independiente para defenderme sola. 

El juez le pregunta: 

—¿Y por qué usted no se convirtió en una mujer profesional e independiente? ¿Hubo alguna razón que se lo impidiera? 
—Señor juez, realmente no había ninguna razón, fueron decisiones tomadas voluntariamente por mí. 
—¿Pudiera ser más explícita y enumerarme esas razones que usted alega?
 —Bueno, cuando me casé yo acababa de graduarme de la escuela secundaria. Mi intención era estudiar enfermería, pero no había dinero para pagar los gastos de dos personas estudiando, así que le dije a mi esposo que estudiara él y luego lo haría yo. 

—Bien, y ¿qué pasó?, ¿por qué cuando él se graduó de ingeniero, no estudió usted? 
—Pues, verá, él me pidió que tuviéramos nuestro primer hijo, ya que llevábamos cinco años casados y aún no lo habíamos tenido. 
—¿Y qué pasó después? 
—Nada, el niño nació, pero él no quería que el niño fuera cuidado por personas extrañas, y yo entendí que él tenía razón; así que decidí quedarme en la casa con nuestro hijo. 
—Y cuando el niño creció, ¿qué sucedió luego?, ¿por qué no fue usted a estudiar? 
—Porque ya para entonces tenía dos hijos más. 
—¿Dos más? 
—Sí, verá usted. Cuando tuvimos el primer hijo, mi esposo me dijo que debíamos tener un segundo para que el niño no se quedara sin hermanos, así que tuvimos el segundo tres años 
—¿Y qué tenía eso que ver? 
—No había ningún problema, estábamos muy felices, pero mi esposo me dijo que para que la felicidad fuera completa, debíamos tratar de tener una niña. 
-¿Y...? 
—Pues cuando el segundo hijo tenía ya 4 años, quedé embarazada y tuve a la niña. 
—Y entonces, ¿por qué no estudió cuando ella creció? 
—Porque no había quién llevara al mayor a las prácticas deportivas, ni quién los llevara a la escuela, pues el autobús los dejaba muy lejos de la escuela. Temiendo por su seguridad, mi esposo y yo decidimos que yo los llevaría a la escuela y los recogería. Así las cosas, dejaba al mayor en la secundaria, seguía con el segundo para la escuela primaria y regresaba a la casa con la niña a preparar la cena. Cuando los recogía, dejaba al mayor en las prácticas de judo, al otro en las de fútbol y seguía con la niña para las de ballet. 

—Entonces, ¿siguió usted posponiendo su educación? 
—Sí, señor juez, lo hice por mi propia voluntad. 
—Y cuando sus tres hijos se fueron independizando, ¿por qué no ingresó usted a la universidad? 
—Para entonces la madre de mi esposo había enviudado, se enfermó y necesitaba de alguien que la cuidara. Así que hablamos del asunto y llegamos a la conclusión que no la íbamos a internar en un asilo, sino que la traeríamos a vivir con nosotros ya que los demás hijos estaban fuera. 
—¿Y cuánto duró esta etapa? 
—Bueno, unos seis años. Ella tenía Alzheimer y como la cuidábamos tan bien, su decadencia no fue rápida. Murió de un ataque al corazón después de que llegamos del paseo que todas las mañanas dábamos por el barrio. A ella le encantaba darles de comer a las palomas en el parque. 
—Y mientras tanto, quiero decir, durante todos esos años, ¿había alguien que le ayudara? 
—¿Ayudarme, a qué? 
—Pues a limpiar la casa, cocinar, quiero decir, las labores normales de un hogar. 
—No, mi esposo ganaba muy buen sueldo, pero figúrese: eran tres hijos para criar y educar, y el costo de la vida cada vez subía más, así que yo trataba de ahorrar. 

—¿Y cómo ahorraba usted? 
—Pues en lugar de llevar la ropa a la lavandería, yo la lavaba en casa, planchaba toda la ropa de mi esposo y la de los muchachos; arreglaba el jardín, y esto era lo que me costaba mayor esfuerzo, pues tengo problemas de la columna, pero hacía el esfuerzo y le aseguro que nuestro jardín no tenía nada que envidiarle al de nadie en nuestra calle. 
—Y quién cocinaba, ¿usted también? 
—Por supuesto, mi esposo odiaba la comida de los restaurantes. Como él tenía que almorzar por fuera de casa con sus clientes tantas veces, decía que nada como la comida que yo le preparaba. 
—Supongo que usted no iba a esas comidas. 
—¿A qué comidas? 
—A las de su esposo con sus clientes. 
—No, no tenía tiempo. Precisamente, fue en una de esas comidas donde él conoció a Patricia. 
—¿Patricia?, ¿quien es Patricia? 
—Su novia, la joven con quien se va a casar cuando se haga el divorcio. 
—¿Y cómo sabe usted que se va a casar con ella? 
—Porque me encontré por casualidad con ellos, en casa de unos amigos comunes, el mismo día que estaban dando la noticia de su compromiso. 

El juez se quedó mirando a la mujer y al ex esposo. Se levantó, cogió las carpetas con todos los papeles y se retiró. Todos se quedaron mirándose unos a otros, alguno encogió los hombros y se sentaron a esperar su veredicto. Al poco rato el juez regresó. Se sentó y se ajustó las gafas. Entonces, cerró las carpetas, las puso a un lado y dijo: 

—Señora, he revisado cuidadosamente estas demandas, y he llegado a las siguientes conclusiones: 

“Primero: el divorcio se otorga con fecha efectiva a partir de hoy”. 

“Segundo: su esposo no tiene que pasarle una pensión”.

Al oír estas dos decisiones, el abogado y el marido se miraron con evidente satisfacción. El juez prosiguió: 

—Tercero: usted se queda como dueña absoluta de su casa y del Mercedes Benz de su ex esposo; la cuenta de ahorros, y la corriente, las pondrá él a su nombre inmediatamente sin tocar un solo centavo. Igualmente la declaro beneficiaría absoluta de sus seguros de vida, así como de sus planes de retiro. También será obligación de su ex esposo seguir pagando su seguro médico hasta que usted muera. 

Ante el estupor de la sala y la sorpresa de la mujer, el juez explicó: 

—Mi decisión se basa, señores, en la suma de todos los sueldos por servicios que, como administradora, cocinera, chofer, lavandera, jardinera y enfermera usted prestó a su esposo, incluyendo a sus hijos y su suegra. Esta decisión será apenas una retribución parcial de los salarios retenidos por los veintiséis años de servicios ininterrumpidos que usted ha prestado. Como hay que ser objetivos, y sabemos que su esposo no podría pagar esa enorme deuda, pagará lo que si bien no es suficiente será relativamente justo. Por ejemplo, de ahora en adelante él pagará sus gastos de educación, transporte y libros, desde el momento en que usted decida regresar a la universidad a estudiar la carrera que elija. He dicho.

Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 2a parte
Lopera y Bernal
Fotografía de Internet

EL AMOR ES UNA SEMILLA


martes, 26 de mayo de 2015

OPCIÓN POR LA VERDAD


¿Tomó Jesús opción de clase?. No te va a ser fácil saber dónde está el pobre. Jesús tomó opción por la verdad. El ser pobre no es un estado de felicidad, sino de injusticia. Hay pobres que se necesita ser duros con ellos para que despierten. Hay que tratar a cada persona según lo que ella necesita.

Sensibilizarte con la injusticia siendo tú justo y así comenzarás a comprender la injusticia.

El místico es el revolucionario por excelencia. El no hace nada, porque todo se hace por medio de él. Se deja llevar por una fuerza que ni siquiera puede resistir: la fuerza de la verdad. Ha habido místicos violentos, pero allí no se metía su «ego». Cada uno sabrá lo que debe hacer si está despierto y abierto y sensibilizado a la verdad, como Jesús. No hace falta saber de dónde vino el mal, sino saber el porqué del mal que tienes ahora, de dónde procede.

Una vez que yo esté sensibilizado con las cosas, con las personas y conmigo mismo, no hace falta que me digan lo que es bueno y lo que es malo, porque me será imposible cerrar los ojos a la realidad, y por ello no podré optar por el mal.
Yo, entonces, no podré aprobar lo que haces tú, si es un mal objetivo, pero tampoco podré obligarte a hacer lo contrario, ni dirigirte o reformarte. Trataré de ayudarte a que ese mal no exista, y esperar a que tú despiertes. Gandhi decía: «El que quiera venir a luchar conmigo para liberar a la patria, tendrá antes que purificarse, pues, de lo contrario, acabaríamos liberándonos de una opresión para caer en otra peor». Hay que lanzarse a la batalla sin ningún rastro de odio para que esa batalla sirva para algo. Liberarte del odio es lo mismo que liberarte de tu miedo, pues el miedo es lo que produce el odio. Y si el miedo es por ti mismo, es que te estás odiando, y si anida el odio en ti, odiarás a todo el mundo.

Para ser místico no necesito estar en un monasterio. Se puede muy bien ser pobre e ignorante de teorías y de leyes y ser místico. Lo que hace falta es estar despierto a la vida. Lo importante es liberarte para ser tú mismo, y eso lo puede hacer tanto un seglar como un monje. Quizá un monje, con la dificultad de una comunidad cerrada, donde se originan tantos roces, te da pie para descubrir más claramente tus enfermedades, y de sufrir sobre todo. Es el sufrimiento lo que ayuda a despertar. El encuentro con la realidad.

El estar despierto y mirar sin engaños no quiere decir que desaparezca tu programación, sino que allí estará, pero la verás claramente, y al apego le llamarás apego, y a lo que creías amor le llamarás egoísmo. El apego habrá perdido la batalla cuando lo descubras, y ya no tendrá el poder que la inconsciencia le daba. Tú mandarás sobre él.

Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello
Fotografía de internet

NIDOS DE INFELICIDAD


lunes, 25 de mayo de 2015

MARAVILLA


El conocimiento destruye la capacidad de maravillarse. Esta es una de las cosas más preciadas de la vida, y el conocimiento la destruye. Cuanto más sabes, menos te maravillas, y cuanto menos te maravillas, menos significa la vida para ti. 

No estas extasiado con la vida. No estas sorprendidos... empiezas a dar las cosas por sentadas. 

El corazón inocente está en un continuo estado de maravilla, como un niño que recoge caracolas o piedras de colores en la playa, o que simplemente corre de un lado a otro en un jardín en pos de mariposas... y se maravilla por todo. Por eso los niños hacen tantas preguntas.

Si sales una mañana a dar un paseo con un niño, termina por agotarte porque empieza a preguntar por esto y aquello, a formular preguntas que no se pueden contestar: «¿Por qué los árboles son verdes?» y «¿Por qué es roja la rosa?» Pero ¿por qué hace esas preguntas? Se siente intrigado. Está interesado por todo. La palabra interés procede de una raíz que significa estar involucrado... ínter-esse. El niño se involucra en todo lo que pasa. 

Cuantos más conocimientos adquieres, menor se vuelve tu participación en la vida. Simplemente pasas de largo... no te preocupa la vaca, el perro, el rosal, el sol y el pájaro; no te preocupa. La mente se te ha vuelto muy estrecha; simplemente vas a la oficina o vuelves a casa. Cada vez más vas en pos de dinero, eso es todo. O detrás de poder, pero va no estas relacionado con la vida en su multidimensionalidad. Estar maravillado es relacionarse con todo, y ser constantemente receptivos.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 284
Fotografía tomada de internet

SUBIR HASTA LO MÁS ALTO


domingo, 24 de mayo de 2015

REVALORIZAR LA SEXUALIDAD


En una encuesta realizada para el último informe Hite, los encuestados contestaron a esta pregunta: ¿Cuál es la frecuencia sexual máxima y mínima que usted considera normal?. Las respuestas van desde un máximo de una vez por día hasta un mínimo de una vez cada quince días. Cualquier frecuencia entre estos dos extremos es considerada normal por la sexología. (Una frecuencia menor como promedio no es anormal ni patológica, pero es poco. Una frecuencia mayor como promedio tampoco es anormal, pero es mentira...)

Dos veces por semana es lo que el 70% de las parejas estables encuestadas refieren como su frecuencia habitual.

En la Argentina, el ritmo según las mujeres es entre una y dos veces por semana y según los hombres tres o cuatro por semana. Esto genera dudas sobre la conducta fiel o infiel de los señores o sobre la necesidad de los hombres de decir que cogemos mas porque nuestra educación nos dice que entonces somos mas hombres.

Se trata del mito de que los hombres estamos siempre listos, lo cual, obviamente, no es cierto.

Si queremos hacer algo por la sexualidad de todo, habría que:

Insistir en que los padres reciban educación sexual para poder transmitirla. El aprendizaje empieza desde la cuna.

Evitar censurarnos. La censura en el encuentro sexual es perniciosa. Hay que trabajar con nuestra libertad y con la que yo llamo autonomía, la capacidad para imponernos nuestras propias normas.

Revalorizar la sexualidad hasta conseguir que recupere el enorme valor que tiene.

Si tratamos de reprimir la conexión con nuestro deseo, cada vez somos mas esclavos de el.

En la medida que dejemos ser a nuestro deseo, en la medida que asumamos nuestra sexualidad como parte de nosotros y no nos avergoncemos de ello, en la medida que aceptemos nuestras inquietudes, nuestras fantasías y nuestro encuentro sexual con la persona que nosotros decidamos, en la medida que podamos vivir esta historia con libertad, sin frenar y sin reprimir, nuestra sexualidad se va a volver mas libre y vamos a poder dejar de pensar en ella.

La metáfora que dan algunos iluminados es que uno puede mantener la mano abierta toda su vida, pero cerrada... apenas un rato. Tarde o temprano, después de tener la mano cerrada, vas a tener que aflojar.

Manteniendo abierta nuestra conducta sexual podremos tener una sexualidad mas sana, mas placentera y, sobre todo, podremos mejorar nuestra capacidad de entrega.

Si ocultamos, reprimimos y escondemos nuestro deseo, en algún momento este explotará, se volverá pernicioso y terminaremos haciendo cosas dañosas para los demás.

¿Qué es normal y que es anormal?. ¿Cuál es el límite entre lo que se puede y lo que no se puede?. ¿Qué está bien y que está mal?. ¿Cuál el límite entre lo normal y lo patológico?. ¿Qué cosa es sana y que cosa enferma?

Yo creo que si los dos están de acuerdo y disfrutan de lo que está pasando, sin involucrar a quien no quiere involucrarse, nada, repito, nada es anormal.

Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay
Fotografía  tomada de internet

LA SUERTE NO EXISTE


FRENTE AL PRESENTE


sábado, 23 de mayo de 2015

EL CAMINO DE LA LUMINOSIDAD


Sutra 37: El camino de la luminosidad

La existencia es tristeza. Compréndelo y ve más allá de la aflicción. Ese es el camino de la luminosidad. (Budha).

Al existir quieres tener. El apego nace del solo hecho de existir. Y el apego trae tristeza porque es pasajero. Toma las cosas, las personas, vive las circunstancias, pero no te apegues a ellas. Sólo disfrútalas. Simplemente vive.

Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda" 
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

PROMETO SERTE FIEL


viernes, 22 de mayo de 2015

VIVIR-EXISTIR


EL JEFE


Carta 16

El jefe...

«Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.»
Oscar Wilde

Queridísimo amigo, queridísima amiga:

Ha llegado el momento de quitarse las máscaras, de abandonar armaduras, de mostrarme como soy. De dejar atrás autoengaños, presiones y depresiones.

Ha llegado la hora de reconocer que mi jefe, ese al que he dirigido mis cartas desde el principio, soy yo mismo. Es decir, que ambos somos la misma persona. Que desde el principio me he estado escribiendo a mí, buscando unas respuestas que estaban y están en mi interior.

Ha llegado la hora, en definitiva, de aceptar que el jefe de mi vida soy yo, que la dirección la marco yo.

Y, de la misma forma, que...

¡EL JEFE DE TU VIDA ERES TÚ!

Y que has iniciado un trayecto único y nuevo.

Porque tú ya lo has hecho.
¿El qué?, te preguntarás...
Pues ya has empezado a andar.
No sé si te habías dado cuenta o no ...
No sé si hace mucho o poco que estás andando.
Pero no hay duda de que estás en el camino.
En tu camino.
Incluso aunque no te lo parezca.
Lo estás.
¿Y sabes por qué?
Porque estás aquí, leyendo esto.
Porque este libro ha llegado a tus manos.
Y tú has ido leyendo hasta aquí.
Buscando respuestas.
Respuestas hacia una vida feliz.
Buscando la felicidad.
Buscando el éxito en tu vida.
Buscando darle una dirección y un sentido.
Buscándote a ti.

¡PORQUE LLEGAR A TI ES EL ORIGEN DE TODA FELICIDAD!

¡Bienvenido! ¡Bienvenida!
¡Es un auténtico placer conocerte!
¡Es maravilloso encontrarnos en esta página!
¡Quién nos iba a decir que nos encontraríamos aquí!
¡En un papel!
Te lo digo de corazón: ¡gracias por estar aquí!
Por acompañarme.
A mí, que también busco.
Y que, a base de buscar, he llegado hasta aquí, hasta la profunda necesidad de compartir el proceso de la búsqueda de mi dirección contigo, que aquí y ahora estás leyendo.

Tú, yo y muchos otros compartimos una búsqueda.
La búsqueda...
Te felicito. Has llegado más lejos que muchos que andan perdidos... y ni tan sólo saben que lo están.
¡Enhorabuena!
Esto es realmente jugar a vivir la vida como una aventura.
La aventura de la búsqueda...
En los tiempos que corren es casi una hazaña tener la voluntad de encontrarte y apostar tiempo, corazón y neuronas por una vida inteligentemente feliz.

Hay muchos que todavía no se lo plantean o simplemente están resignados. Porque creen que no pueden hacer nada. Porque le han dado el poder de su vida a otros. O, simplemente, porque les va bien así...

Escucha bien: no hay ningún jefe. Sólo tú puedes ser tu jefe, de lo contrario no crecerías.

EL JEFE DE TU VIDA, EL VERDADERO Y ÚNICO RESPONSABLE DE TU VIDA... ERES TÚ.

Ni lo dudes.
Puedes aceptarlo o rechazarlo.
Puede gustarte o no.
Pero es así.
Es un principio universal.
Es una ley exacta.
Una ley esencial.
Una ley que recibe el nombre de Ley de la Responsabilidad.
Y puedes ignorarlo, aceptarlo o rechazarlo...
Pero si lo ignoras o lo rechazas, si rechazas la responsabilidad de tu vida y la pones en manos de otros, quedará como una asignatura pendiente que volverá y volverá pidiendo su aprobación, como un examen que se debe resolver para pasar a cursos más avanzados.

La asignatura de la responsabilidad llegará continuamente a ti llevada por el impulso de la vida hacia sí misma, llegará para plantearte la cuestión de ¿quién dirige tu vida?, o más ampliamente, ¿dónde está tu dirección?

Y esta pregunta no llega con palabras, llega con sentimientos y sensaciones... desagradables, dolorosos, confusos... Tu cuerpo te informa de que no sigues el rumbo adecuado porque dejas de ser feliz: estrés, enfermedad, angustia...
Porque cuando la vida que vives no es coherente con tus deseos más profundos, recibes mensajes que te dicen que alguna cosa no va bien. Y enfermas, física y/o anímicamente.

Hasta que decides «volver a casa», volver a tu verdadera dirección para escucharte y salir en busca de ti mismo, definiendo la que será tu dirección en el futuro.

Y con el tiempo, en un despertar progresivo, descubres un día el inmenso placer de encontrarte y de empezar a andar por tu camino, rumbo hacia tu dirección, dirigiendo tú cada paso que das. Tú, y no otro u otros.

Y ese día te dices, serena y felizmente:

YO DIRIJO MI VIDA.
Y DEFINO MI DIRECCIÓN.
PARTIENDO DE MI DIRECCIÓN ACTUAL,
DECIDO SER MI DIRECTOR,
DECIDO SER MI GUIONISTA.
A MI MEDIDA.
A MI MANERA.
DEFINIENDO MI FELICIDAD.
DEFINIENDO MI ÉXITO.

Y respetando cómo los demás deciden vivir su vida.
Así que sigamos buscando, sigamos avanzando, ya que desde este punto hay aún mucho camino por andar.

Tuyo,
Álex

P. D. A partir de ahora, mis cartas irán dirigidas a ti. De hecho, desde el principio han ido dirigidas a ti. O, mejor, al jefe que hay en ti. A esa capacidad de reconocer tu dirección actual y tu brújula interior.

Decía Marcel Proust: «La sabiduría no nos es dada y debemos descubrirla por nosotros mismos tras un viaje que nadie puede evitarnos recorrer».

Te invito a seguir leyendo.

Porque todavía deseo compartir mis pensamientos contigo... compartir, que es partir contigo.

Extracto del libro: 
La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma

SIN COMPLICACIONES


jueves, 21 de mayo de 2015

¿PARA QUÉ QUIERES UNA SUPERPAREJA?


Pequeña guía para no idealizar a tu pareja y que el amor se pose sobre la tierra.

3. ¿PARA QUÉ QUIERES UNA SUPERPAREJA?

¿Eres de las personas que sueñan con tener como pareja a una supermodelo o a un supergalán? Piénsalo un instante y respóndete con sinceridad: ¿para qué quieres una persona así? ¡Tendrías que mantener a raya a una multitud desenfrenada de admiradores!

Además, después de unos meses de estar juntos, el aspecto físico, si es lo único que interesa, tiende a perder su efecto inicial (ya no es novedad). Quizá ya te ha pasado. Estás con alguien muy atractivo y al cabo de un tiempo, ya no parece lo que era. Se normaliza, se afea. Y cuando menos lo piensas, te empieza a gustar alguien que está muy lejos de tus estándares de belleza. ¿Por qué? Porque no te enamoras de la fama, el estatus, de un cuerpo o de la cartera (aunque estas cosas ayudan bastante en la etapa inicial de la conquista): te enamoras de la persona, de lo que es en sí misma, de su personalidad, de su humor, de sus guiños, de la sonrisa, de cómo quiere a su familia, de su sensibilidad, de sus ideas. No digo que el físico no importe, lo que sostengo es que no es suficiente para enamorarse: más importante que el cuerpo, es cómo se lleva y qué se hace con él.

Las superparejas no existen, así que no las inventes ni las exijas. La trampa es como sigue: si el sueño es engancharse con la mujer diez o el hombre diez (por ejemplo, famosos, adinerados, bellos), pero ninguno de estos seres especiales se fija en ti, entonces, te buscas una pareja «normal» (que debería bastarte) y empiezas (consciente o inconscientemente) a «recomponerla» y emperifollarla para que suba de nivel.

Este «cambio extremo» ni siquiera debe ser real; basta con que la mente lo perciba así y puedas exhibirte socialmente con ella. ¿Habrá mayor estupidez, mayor desgaste, mayor falta de respeto hacia el otro?

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso
Fotografía de internet

VIDA O TRABAJO


miércoles, 20 de mayo de 2015

LA BUSQUEDA DEL PLACER (Devaputra mara)


PRIMER MARA.

Devaputra mara es la búsqueda del placer. Funciona así: cuando nos sentimos raros o avergonzados, cuando tenemos que enfrentarnos al dolor de la manera que sea, salimos corriendo como locos en busca de una situación más cómoda. Cualquier obstáculo que nos encontremos es capaz de quitarnos el suelo bajo los pies, de estallar la burbuja de la realidad que considerábamos segura y cierta. 

Cuando nos sentimos amenazados somos incapaces de soportar el dolor, el nerviosismo, la ansiedad, la incomodidad estomacal, el fuego de la ira ascendente o el sabor amargo del resentimiento. Por tanto, tratamos de aferramos a algo placentero. Reaccionamos con ese hábito trágicamente humano de buscar el placer y tratar de evitar el dolor.

El devaputra mara describe perfectamente nuestra adicción a evitar el dolor. Cuando éste surge, buscamos una y otra vez algo que lo borre. Quizá nos demos a la bebida, tomemos drogas, masquemos chicle o encendamos la radio. Quizá incluso tratemos de emplear la meditación para evitar los aspectos más extraños, desagradables y penetrantes de estar vivos. Alguien acaba de lanzar una flecha o de levantar una espada, y en lugar de permitir que se convierta en una flor, corremos y tratamos de escapar de todas las forma posibles. Evidentemente, hay miles de formas de buscar el placer y evitar el dolor.

Y sin embargo, no tenemos que considerar la búsqueda del placer como un obstáculo; más bien es una oportunidad de observar lo que hacemos en presencia del dolor. En lugar de huir para evitar nuestra incomodidad y descentramiento, podemos empezar a abrir el corazón al dilema humano que tanta miseria causa en el mundo.

Podemos darnos cuenta de que la forma de convertir la flecha devaputra en una flor es abrir el corazón y ver cómo intentamos escapar. Podemos observar lo débiles que somos con toda delicadeza y claridad. Así descubrimos que lo que parece feo, es, de hecho, una fuente de sabiduría y una forma de volver a conectar con nuestra inteligencia fundamental.

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet