Si A es el éxito en la vida, entonces A = X + Y + Z. Donde X es trabajo, Y es placer y Z es mantener la boca cerrada.
(Albert Einstein)
Existen cursos y talleres para aprender a hablar correctamente y de forma efectiva, pero en ningún sitio nos enseñan a mantener la boca cerrada cuando deberíamos hacerlo.
Hablar lo justo, medir nuestras palabras y, en muchas situaciones, saber callar forma parte de esa fórmula del éxito que Albert Einstein dio a uno de sus alumnos.
La economía de las palabras es una opción muy valiosa tanto para las relaciones privadas como para el mundo laboral. Las personas empáticas saben escuchar y observar, y hablan solo cuando es necesario y beneficioso hacerlo.
Aprendemos mucho más prestando atención que hablando. De hecho, muchos problemas no llegan a resolverse porque el ego nos empuja a tener la razón y no tenemos en cuenta el punto de vista del otro.
Algunos consejos para aprender a callar:
- Como dijo Sócrates, si lo que vas a decir no aportará nada ni será positivo, mejor abstenerse de abrir la boca (hoy en día, también puede aplicarse a escribir un mensaje).
- Si no estás seguro de si es bueno decirlo o no, calla. Los japoneses recomiendan: «Lo que tengas que decir dilo mañana».
- Ante una discusión, respira profundamente y recapacita antes de hablar.
- Cuando busques la respuesta a un problema, primero escucha.
- Para una mayor calidad comunicativa, alarga los espacios entre preguntas y respuestas.
- Sonríe y mantén la calma aunque la conversación suba de tono.
- No prepares tu respuesta mientras el otro está hablando. Escucha al 100%.
- Espera a que te pregunten y no monopolices la conversación.
Tomado del libro:
Einstein para despistados
85 soluciones atómicas para problemas
relativamente graves
Allan Percy
Fotografía de Internet