sábado, 31 de mayo de 2014

LA CUERDA DE LA VIDA


Cuentan que un alpinista desesperado por conquistar el Aconcagua, inicio su travesía después de años de preparación.

Pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. 

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y mas tarde. No se preparo para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayo con gran pesadez en la altura de la montana; ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbalo y se desplomo por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas mas oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos,...Si, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, grito con todas sus fuerzas:

-.!!!Ayúdame Dios mio!!!.

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contesto:

-.. QUE QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO ?.
-.Sálvame, Dios mio 

-..REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?.
-.Por supuesto, Señor 

-ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE…

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó…

Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda…A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO…

¿Y tú ? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda?
¿Por qué no la sueltas?

Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix

viernes, 30 de mayo de 2014

LA NECESIDAD DE SER AMADOS


¿Por qué nos precipitamos a una nueva relación?
Tres causas: necesidad de ser amados, baja tolerancia al dolor afectivo o revanchismo.

Los que necesitan ser amados para que su vida tenga sentido no sólo son incapaces de renunciar al amor cuando debe hacerse, sino que lo buscan a cualquier precio.

Una jovencita me decía angustiada: «¡Qué voy a hacer! ¡Llevo seis meses sin pareja!».

¿Qué hacer? Pues nada, vivir y disfrutar de tu existencia. ¿Quién dijo que el amor es la única forma de autorrealización? El estrés que genera un amor enquistado empuja a millones de personas a tomar decisiones apresuradas, con tal de sentir alivio.

Rabindranath Tagore decía que el amor es como las mariposas: si las persigues desesperadamente se alejan, pero si te quedas quieto, se posan sobre ti. No se puede salir a buscar una pareja como si fueras a comprar al supermercado, no te enamoras ni te desenamoras a la carta o por fuerza de voluntad. Lo que sí puedes hacer es crear las condiciones para que el amor se manifieste y florezca. Este «aprestamiento afectivo » requiere de, al menos, tres requisitos: organizarse internamente, serenarlos ánimos y dejar el corazón entreabierto. Si logras crear estas condiciones, cuando menos te lo esperes tropezarás con alguien que valga la pena.

Un punto adicional para que tengas en cuenta: las personas necesitadas de amor no pasan desapercibidas. No sé si son las feromonas que secretan, la manera de mirar o los gestos, pero se comportan como si llevaran un rótulo luminoso en la frente que dijera: «Me urge tener pareja». Ésa es la paradoja: si muestras las ganas de emparejarte o de que te amen, la mayoría no se te acercará porque nadie quiere compromisos acelerados (a no ser que encuentres otra persona igual de ansiosa que tú y decidáis unir patologías, inseguridades y angustias). Tagore tenía razón.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso

jueves, 29 de mayo de 2014

LA PAZ EMPIEZA CONTIGO


Antes de poder hacer profundos cambios en nuestra vida, hemos de observar nuestra dieta, la forma en que consumimos.

Hemos de vivir de tal forma que dejemos de consumir las cosas que nos envenenan e intoxican. De ese modo, tendremos fuerza para permitir que crezca lo mejor en nosotros y dejaremos de ser víctimas de la ira y la frustración.

Cuando se abre la puerta de la comunicación, todo es posible. De manera que debemos practicar el abrimos a los demás para restablecer la comunicación con ellos. Has de expresar la intención, el deseo que tienes de hacer las paces con la otra persona. Pídele que te ayude. Dile: «La comunicación entre nosotros es lo más importante para mí. 
Nuestra relación es lo más valioso, no hay nada que sea más 
importante». Explícaselo con claridad y pídele que te ayude.

Tienes que empezar a negociar una estrategia.

Al margen de lo que la otra persona pueda hacer, tú debes 
realizar todo lo que te sea posible, has de darte al cien por cien.

Todo lo que puedas hacer por ti, lo haces también por ella. No lo 
dejes para más tarde, no pongas condiciones diciendo: «Si no te 
esfuerzas por reconciliarte, yo tampoco lo haré», ya que 
entonces no funcionará. La paz, la reconciliación y la felicidad 
empiezan, en ti.

Te equivocas al pensar que si la otra persona no cambia o 
mejora, nada podrá mejorar. Siempre hay una forma de crear 
más alegría, paz y armonía, y tú puedes aportarlas. El modo en 
que caminas, respiras, sonríes y reaccionas, todo ello es muy 
importante. Debes empezar con esto.

Hay muchas formas de comunicarse y la mejor de todas es 
mostrar que ya no estás enojado con la otra persona y que no la 
censuras. Demostrarle que la comprendes y la aceptas.

Comunícaselo no sólo con las palabras, sino también con tu 
forma de ser: con tus ojos llenos de compasión y tus acciones 
llenas de ternura. El hecho de que seas una persona fresca y 
agradable cambia mucho las cosas. Nadie puede resistir la 
tentación de acercarse a ti. Te conviertes en un árbol de fresca 
sombra, en un arroyo de agua fresca. Tanto las personas como 
los animales desean estar cerca de ti porque tu presencia es 
refrescante y agradable. Cuando empieces a cambiarte a ti 
mismo, podrás restablecer la comunicación con la otra persona 
y ésta cambiará de manera natural.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh

miércoles, 28 de mayo de 2014

OÍR Y ESCUCHAR


El arte de la escucha divina... eso es la meditación. Si uno puede aprender a escuchar correctamente, habrá aprendido el secreto más profundo de la meditación. La gente oye pero no escucha

Oír es una cosa... escuchar, algo por completo diferente; son dos mundos aparte. Oír es un fenómeno físico; oyes porque tienes orejas. Escuchar es un fenómeno espiritual. Lo haces cuando pones atención, cuando tu ser interior se une a tus orejas. 

Escucha los sonidos de las aves, el viento al pasar entre los árboles, el río desbordado, el océano al rugir y las nubes, las personas, el lejano tren al pasar, los coches en la carretera... cada sonido ha de ser usado. Y escucha sin ninguna imposición sobre lo que escuchas... no juzgues; en cuanto juzgas, la escucha se detiene.

La persona realmente atenta se mantiene sin conclusiones; jamás saca una conclusión sobre nada. Como la vida es un proceso... nunca algo termina. Solo la persona necia puede sacar conclusiones; la persona sabia titubeará antes de hacerlo. De modo que escucha sin conclusiones. Simplemente escucha: alertas, silenciosos, abiertos, receptivos. Permanece ahí, totalmente con el sonido que te rodea. Y te sorprenderás: un día de repente el sonido está ahí, tu estas escuchando, y sin embargo hay silencio. Es un silencio verdadero que acontece a través del sonido.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 236

IDEAS IMPUESTAS

Teníamos tiempo de no postear algo de Krishnamurti. Muy profundo su párrafo. 

martes, 27 de mayo de 2014

IDENTIDAD

NI TÚ NI YO SOMOS LOS MISMOS


El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto amatarlo. Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de los sucedido y permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios. Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, Devadatta preguntó: -¿No estás enfadado, señor?

-No, claro que no. sin salir de su asombro, inquirió:

-¿Por qué? Y el Buda dijo:

-Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada.

El Maestro dice:

Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable.

Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix

lunes, 26 de mayo de 2014

UN CLAVO NO SIEMPRE SACA OTRO CLAVO: A VECES LOS DOS SE QUEDAN DENTRO


PRINCIPIO 5
Todo remedio violento
está preñado de un nuevo mal.
FRANCIS BACON

Nada es más contrario a la curación
que el cambiar frecuentemente de remedio.
SÉNECA

Hay amores que permanecen enquistados, aunque el otro se haya alejado para siempre y ni siquiera piense en nosotros. Durante los primeros meses de la pérdida, la memoria emocional está a flor de piel y es cuando más se siente la ausencia: sensaciones, olores, voces, imágenes... hacen que una forma de presencia se manifieste con una nitidez impresionante. Amores incrustados: ¿recuerdos resistentes, tara o virus?

Una paciente me decía entre sollozos: «Está clavado en mí, forma parte de mi ser, ¡no sé cómo arrancármelo!». ¿No quería o no podía? En ocasiones, el inconsciente nos traiciona y para conservar la ilusión de que seguimos afectivamente vigentes, revivimos una y otra vez al ex en nuestra fantasía. Su marido era un sujeto muy agresivo, a quien ella había dejado en un acto de valentía y dignidad, y, aun así, pese a los malos tratos recibidos, las reminiscencias afectivas no la dejaban en paz: le dolía el ex como una espina clavada e infectada. Algunos sentimientos, independientemente de cómo haya sido la relación, se quedan atascados en algún lugar de la mente o el corazón y son muy difíciles de extirpar.

Si has padecido este «estancamiento emocional», sabes a qué me refiero: la nostalgia se convierte en una carga que te amarga la vida y te impide funcionar libremente.

Es un freno a la existencia. No hago alusión a las personas que han fallecido (ése es otro tipo de duelo), sino a la ex pareja que todavía se mueve y respira, aunque lo haga lejos de ti. ¿Cómo enterrar en vida a la persona que aún amamos? Alguien me decía: «Si mi ex esposa hubiera fallecido, ella no sería de nadie y yo aceptaría mejor y más fácilmente su pérdida porque no habría ninguna posibilidad de recuperarla. Pero sabiendo que está viva y con otro hombre, me niego a aceptarlo... Ella es mía». El hombre afirmaba tajantemente: me niego. Lo que significa decir: no me da la gana o no quiero olvidarla. La comprensión de este punto no es nada fácil para los dolientes: cuando se trata de amores enquistados, es la mente quien debe «enterrar afectivamente » al ex y no un servicio fúnebre.

Oscar Wilde afirmaba que la pasión nos hace pensar en círculos. Y es verdad: bajo los efectos de una pasión/amor reticente y testarudo, la sensación es la de sentirse atrapado en un pasado que no pasa. Peleas contra los recuerdos, tratas de distraerlos, acudes a la consulta de un psicólogo, recurres a adivinos, brujos, pero las imágenes del ex llegan como cascadas. Tienes la impresión de que te han arrancado una parte de ti, te falta algo, pero igual que algunas personas que han sufrido una amputación siguen sintiendo la extremidad («miembro fantasma») que ya no tienen, tu cerebro procesa el sujeto ausente como si aún lo tuvieras a tu lado. Y no es un brazo o una pierna de lo que hablamos, ¡es una persona entera!

En la desesperación de un dolor que no parece tener fin, que supera nuestras capacidades de autocontrol y crece día a día, muchas personas no son capaces de esperar la «absorción interior» (duelo) y recurren a un procedimiento de dudosa efectividad, cuya premisa afirma que «un clavo saca otro clavo». Con esta idea en la cabeza, los dolientes se lanzan al mundo del mercadeo afectivo en busca de un «clavo » más grande, más fuerte y más potente que, al entrar, desplace y retire el anterior.

Por desgracia, la cuestión no es tan simple como empujar y sacar, porque el mundo emocional está basado en unas leyes que se apartan de la cuestión puramente mecánica. La información afectiva que subsiste del ex no saldrá a la fuerza: deberá ser asimilada y diluida por el organismo.

El amor que sientes por alguien es producto de una historia y una narrativa que se escribe en lo cotidiano. La persona que amas y ya no está tiene un «historial sentimental » y es una referencia afectiva que no puedes arrancar de cuajo como si tuvieras una amnesia repentina. En los amores grabados a fuego, no siempre un clavo saca otro clavo. El proceso más saludable es a la inversa: primero hay que sacar el viejo y, entonces, si tienes suerte, hallarás una persona que valga la pena y que pueda entrar en tu vida tranquilamente y sin el estorbo del anterior.

Esto no significa que en determinadas situaciones un nuevo amor ayude a elaborar el duelo (si ya estamos en una etapa avanzada) o a sanar heridas de un amor que fue torturante; hay personas que entran en nuestras vidas como si fueran un bálsamo.

Lo que sostengo es que si aún te desvives por tu anterior relación, empezar un nuevo vínculo con la esperanza de que se produzca una sustitución automática es un error mayúsculo. La siguiente recomendación de Alonso de Ercilla y Zúñiga puede servirte como guía: 

«Que no es buena la cura y experiencia, si es más seria y peor que la dolencia».

¿Por qué nos precipitamos a una nueva relación?

El sentido común nos dice: «La mejor cura para un viejo amor es abrirle las puertas a uno nuevo». Eso es verdad sólo en parte, ya que, como he expuesto con anterioridad, si el primero todavía está vivo y navegando por la memoria consciente o inconsciente, la reciente adquisición no le hará ni cosquillas y no tendrá dónde ni cómo prosperar. Precipitarse a buscar sustituta o sustituto para tratar de apaciguar el corazón herido no suele ser la mejor solución. ¿Por qué lo hacemos entonces? ¿Por qué tanta gente se aferra al primero que pasa? Tres causas: necesidad de ser amados, baja tolerancia al dolor afectivo o revanchismo. Veamos cada una en detalle en los siguientes posts.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso

domingo, 25 de mayo de 2014

ACEPTACIÓN Y RENDICIÓN

EL AMOR ES


A la persona no se la puede desear, porque en cuanto deseas a una persona la has dejado de amar como tal. Yo no soy una cosa, ni soy lo otro.

Yo no soy deseable ni indeseable. Yo soy lo que soy y nada más. Tú llegarás a amar a las personas en cuanto no te importen lo que son las personas. El amor es impersonal. En el amor no se mete la personalidad. El amor es, y fluye por medio de ti; tú no lo fabricas y en el amor la persona se queda a un lado. Por eso, el amor te deja libre y disponible. El «yo» es un impedimento para amar.

Cuando eliges, o comparas, o pides compensaciones, es porque necesito a esa
persona para amarme a mí mismo. Cuando desaparecen los recuerdos, los prejuicios y las visiones subjetivas, entonces ya surge el amor que fluye desde donde es.

La personalidad, el «yo», es un impedimento para amar, porque considero a las personas amadas como algo «mío». Amo a mi hijo, a mi marido, a mi familia, porque es algo mío, distinguiéndolos de lo que me queda más lejos. Entonces estoy cosificando lo más cercano como pertenencias a las que debo amar. Y el amor no sabe de deberes ni de gratificaciones, porque el amor es libre y gratuito. «Te amo, te quiero, te necesito, no puedo vivir sin ti» significan: me agarro a ti porque llenas mi necesidad y mi apego. Eso es egoísmo. El amor existe, aunque no hubiera nadie allí. Es nuestra esencia y se manifiesta en una manera de ser, un estado del alma, y está en consonancia con la capacidad de ver y existir, y en cuanto veas y seas tú mismo libremente, no podrás ser otra cosa que amor.

El amor va siempre unido a la verdad y a la libertad, y por eso nunca es débil. Puede ser brusco, pero también puede ser suave y más dulce que nada. El amor da siempre la respuesta acertada, no se equivoca.

Por eso no puedes imitar a Jesús, ¿Cómo vas a imitarle?, ¿Acaso tú eres El?. Cada uno tiene que ser auténtico, ser uno mismo, y Jesús lo fue hasta el fin. El día que yo sea tan auténtico como lo fue Jesús, entonces no tendré que imitarle, pues en cada momento sabré lo que hacer. El día que llegue a ti la iluminación, serás amor y vivirás la eternidad en cada instante.


Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

sábado, 24 de mayo de 2014

THE DEPTHS OF WHO YOU ARE

RELACIONES DE AMOR-ODIO


A menos que accedas a la frecuencia consciente de la presencia, todas las relaciones, y en particular las relaciones íntimas, acabarán fracasando y siendo disfuncionales. Puede que parezcan perfectas durante un tiempo, mientras estás «enamorado», pero esa perfección se altera invariablemente a medida que van produciéndose discusiones, conflictos, insatisfacciones y violencia emocional o incluso física..., momentos de tensión que suceden con creciente frecuencia.

Parece que la mayoría de las «relaciones amorosas» pasan a convertirse muy pronto en relaciones de amorodio.

En ellas, el amor puede dar paso en un abrir y cerrar de ojos a una agresividad salvaje, a sentimientos de hostilidad o a la total ausencia del afecto. Esto se considera normal.

Si en tus relaciones experimentas tanto un sentimiento de «amor» como su opuesto —agresividad, violencia emocional, etc.—, entonces es muy probable que estés confundiendo el apego adictivo del ego con el amor. No puedes amar a tu compañero o compañera un momento y atacarle al siguiente. El verdadero amor no tiene opuesto. Si tu «amor» tiene un opuesto, entonces no es amor, sino la intensa necesidad del ego de una identidad más completa y profunda, necesidad que la otra persona cubre temporalmente. Este es el sustituto de la salvación que propone el ego, y durante un breve episodio parece una verdadera salvación. 

Pero llega un momento en que tu pareja deja de actuar de la manera que satisface tus demandas, o más bien las de tu ego. Los sentimientos de miedo, dolor y carencia, que son parte intrínseca del ego pero habían quedado tapados por la «relación amorosa», vuelven a salir a la superficie.

Como en cualquier otra adicción, pasas buenos momentos cuando la droga está disponible, pero, invariablemente, acaba llegando un momento en el que ya no te hace efecto.

Por eso, cuando los sentimientos dolorosos reaparecen los sientes con más intensidad que antes y, lo que es peor, ahora percibes que quien los causa es tu compañero o compañera. Esto significa que los proyectas fuera de ti y atacas al otro con toda la violencia salvaje de tu dolor.

Tu ataque puede despertar el dolor de tu pareja, que posiblemente contraatacará. Llegados a este punto, el ego sigue esperando inconscientemente que su ataque o sus intentos de manipulación sean castigo suficiente para inducir un cambio de conducta en la pareja, de modo que pueda seguir sirviendo de tapadera del dolor. 

Todas las adicciones surgen de una negativa inconsciente a encarar y traspasar el propio dolor. Todas las adicciones empiezan con dolor y terminan con dolor. Cualquiera que sea la sustancia que origine la adicción —alcohol, comida, drogas (legales o ilegales) o una persona—, estás usando algo o a alguien para encubrir tu dolor. 

Por eso hay tanto dolor e infelicidad en las relaciones íntimas en cuanto pasa la primera euforia. Las relaciones mismas no son la causa del dolor y de la infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor y la infelicidad que ya están en ti. Todas las adicciones lo hacen. Llega un momento en que la adicción deja de funcionar y sientes el dolor con más intensidad que nunca. 

Ésta es la razón por la que la mayoría de la gente siempre está intentando escapar del momento presente y buscar la salvación en el futuro. Si concentrasen su atención en el ahora, lo primero que encontrarían sería su propio dolor, y eso es lo que más temen. ¡Si supieran lo fácil que es acceder ahora al poder de la presencia que disuelve el pasado y su dolor, a la realidad que disuelve la ilusión! ¡Si supieran lo cerca que están de su propia realidad, lo cerca que están de Dios! 

Eludir las relaciones en un intento de evitar el dolor tampoco soluciona nada. El dolor sigue allí de todos modos. Es más probable que te obliguen a despertar tres relaciones fracasadas en otros tantos años que pasar tres años en una isla desierta o encerrado en tu habitación. Pero si puedes llevar una intensa presencia a tu soledad, eso podría funcionar para ti. 

PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA (extracto)
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

viernes, 23 de mayo de 2014

IDENTIFICACIÓN CON LOS PENSAMIENTOS

Una pequeña muestra de la obra de Eckhart Tolle. Cambia radicalmente la idea de lo que eres. No eres lo que te dicen, no eres lo que te hacen creer que debes ser, no eres tal vez lo que tu crees ser. Un camino para encontrar tu verdadero ser lo puede ver en alguno de sus libro;
  • EL PODER DEL AHORA
  • UNA NUEVA TIERR
  • EL SILENCIO HABLA Y OTROS

Activen subtítulos para aquellos que prefieren o necesitan subtítulos en español.

CONFIANZA


Crees en Dios; si, de repente, quiebra tu empresa, aparecerá la incredulidad. Dirás: «No creo, no puedo creer en Dios.» Si crees en Dios y se muere tu amada, surgirá la incredulidad. Crees en Dios ¿y basta que se muera tu amada para destruir tu creencia? No tiene demasiado valor. La confianza no se puede destruir nunca, una vez que está ahí, no habrá nada que la pueda destruir. No la puede destruir nada, absolutamente nada.

Recuerda que hay una gran diferencia entre confianza y creencia. La confianza es personal; la creencia es social. Tienes que desarrollar la confianza; seas lo que seas, puedes seguir creyendo, y pueden imponerte creencias. Abandona las creencias. Tendrás miedo, porque cuando abandonas las creencias, surge la duda. Cada creencia obliga a la duda a esconderse en alguna parte, reprime las dudas. No te preocupes por eso, deja que surjan dudas. Todo el mundo tiene que pasar por la noche oscura antes de que llegue el amanecer. Todo el mundo tiene que pasar por la duda. El camino es largo, la noche es oscura. Pero, cuando llega el día después de un largo viaje y una noche oscura, entonces, sabrás que ha valido la pena. La confianza no se puede «cultivar», no intentes cultivarla nunca; esto es lo que toda la humanidad ha estado haciendo. La confianza cultivada se convierte en creencia. Descubre la confianza dentro de ti mismo, no la cultives. Profundiza más en tu ser, ve hasta el centro de tu ser y descúbrela. 

Osho
Tomado del blog
Osho-Despierta

jueves, 22 de mayo de 2014

IDENTIFICA LAS FUENTES DEL APEGO


Algunas sugerencias para trabajar el desapego y nivelar el poder afectivo en la pareja.

6. IDENTIFICA LAS FUENTES DEL APEGO

El apego afectivo se cuela por cualquier sitio y se manifiesta de distintas formas, entre otras, la baja autoestima, la necesidad de tener éxito, la búsqueda de la seguridad o sentirse débil.
Es importante conocerlos orígenes de tu dependencia, cómo se gestó, cómo evolucionó y qué la mantiene. Nuestra cultura ha confundido la adicción afectiva con el «gran amor» y ha dejado que se transforme en pandemia. Ante estos casos, no me canso de escuchar frases que casi hacen de la dependencia una virtud: «¡Cuánto la quiere!», «¡Ella haría cualquier cosa por él!», «¡Se aman tanto que no pueden vivir el uno sin el otro!». La dependencia afectiva es un mal, lucha contra ella: delimítala, reconócela y afróntala. Quizá no puedas hacerlo sin ayuda profesional, pero lo más importante es que tiene cura y podrás amar sin sufrir.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso

NIÉGATE A SER INÚTIL


Algunas sugerencias para trabajar el desapego y nivelar el poder afectivo en la pareja.

5. NIÉGATE A SER INÚTIL

Este punto es un corolario del anterior. Los dependientes van asimilando la inutilidad como parte de la vida y, con el tiempo, van perdiendo la poca autonomía que les queda. Otra vez el miedo, siempre el miedo.«Hazme esto», «Ayúdame con aquello», «¡Esto es muy difícil!», cuando en realidad podrían resolverlo o hacerlo sin tantos apoyos. 

Recuerdo el caso de una paciente que logró su emancipación gracias a un infarto de su marido. Durante el mes que duró la recuperación del hombre en el hospital, ella tuvo que hacerse cargo de todo. La pesadilla de cualquier dependiente emocional (hacer frente a la vida sin su guardaespaldas afectivo) se había hecho realidad para ella. Su inutilidad quedó en evidencia rápidamente. Por ejemplo, no sabía conectar el televisor a los canales por cable; una vez estuvo una mañana entera tratando de hacer una transferencia en el banco (¡ni siquiera sabía cuál era la entidad financiera!); no tenía idea de cuánto costaba la gasolina ni cómo se llenaba el depósito de su coche; desconocía todos los números telefónicos importantes; ignoraba cómo hacer una llamada desde el extranjero, etcétera. Muy a su pesar, fue «viuda» un mes y tuvo que resolver todo tipo de problemas, algunos bastante complejos. Cuando su esposo regresó del hospital encontró una mujer más segura y menos dependiente, como si hubiera pasado por una terapia de cambio extremo en tiempo récord. En una cita posterior, llegamos a la conclusión de que no había que esperar otro infarto para seguir mejorando y que la autoeficacia (la convicción de que uno es capaz) iba a convertirse en una motivación vital.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso

miércoles, 21 de mayo de 2014

EL PODER DE TU PRESENCIA


VER REPENTINAMENTE que estás o has estado apegado a tu dolor puede ser muy impactante. En el momento de darte cuenta, ya has roto el apego.

El cuerpo-dolor es un campo energético, casi como una entidad, que se ha alojado temporalmente en tu espacio interno. Es energía de vida que se ha quedado atrapada, energía que ya no fluye.

Por supuesto, el cuerpo-dolor existe por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado vivo en ti, y si te identificas con el cuerpo-dolor, te identificas con el pasado. Tener identidad de víctima es creer que el pasado tiene más fuerza que el presente, que es lo opuesto a la verdad. Es creer que otras personas, y lo que te hicieron, son responsables de quien eres ahora, de tu dolor emocional y de tu incapacidad de ser tú mismo.

La verdad es que el único poder existente está contenido en este momento: es el poder de tu presencia.

Cuando lo sabes, también te das cuenta de que ahora mismo eres responsable de tu espacio interno —nadie más lo es— y de que el pasado no puede prevalecer ante el poder del ahora.

La inconsciencia lo crea, la conciencia lo transmuta en conciencia. San Pablo expresó este principio universal de una manera muy hermosa: 

«Todo se muestra cuando queda expuesto a la luz, y lo que queda expuesto a la luz se convierte en luz.»

Del mismo modo que no puedes luchar contra la oscuridad, tampoco puedes luchar contra el cuerpo-dolor. Si lo intentaras crearías más conflicto interno y prolongarías el dolor. Basta con observarlo. Observarlo implica aceptarlo como parte de lo que es en este momento.


PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA (extracto)
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

martes, 20 de mayo de 2014

EL SER Y LA IMAGEN


Si alguien me preguntase quién soy, para darte datos tendría que referirme a cosas registradas en la memoria. Tendría que formar una imagen llena de etiquetas, y yo no soy nada de eso. Yo soy. Un ser imprevisible como la vida misma, que no cabe en ninguna imagen porque mis formas son cambiantes, y mi verdadero ser es inaprensible, imposible de referir.
Cuando vivimos dormidos, llevamos con nosotros una imagen propia, un yo-ideal que nos hemos fabricado con trozos de recuerdos y otras cosas soñadas por nuestro idealismo. Cuando alguien dice de ti algo que no te gusta, es la imagen lo que se ofende, pues nadie puede herir al que no tiene imagen propia. Yo no soy nunca la imagen que tengo de mí mismo ni la que tienen los demás de mí. Yo soy, y el ser no cabe en ninguna imagen porque las trasciende todas.


Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

lunes, 19 de mayo de 2014

EFECTO COMIDA RÁPIDA EN LOS ANIMALES

EL ÁRBOL ENORME Y HERMOSO


Había una vez, en las afueras de un pueblo, un árbol enorme y hermoso que generosamente vivía regalando a todos los que se acercaban el frescor de su sombra, el aroma de sus flores y el increíble canto de los pájaros que anidaban entre sus ramas.

El árbol era querido por todos en el pueblo, pero especialmente por los niños, que se trepaban por el tronco y se balanceaban entre las ramas con su complicidad complaciente.

Si bien el árbol tenía predilección por la compañía de los mas pequeños, había un niño entre ellos que era su preferido. Éste aparecía siempre al atardecer, cuando los otros se iban.

- Hola amiguito – decía el árbol, y con gran esfuerzo bajaba sus ramas al suelo para ayudar al niño en la trepada, permitiéndole además cortara algunos de sus brotes verdes para hacerse una corona de hojas aunque el desgarro le doliera un poco. El chico se balanceaba con ganas y le contaba al árbol las cosas que le pasaban en la casa.

Con el correr del tiempo, cuando el niño se volvió un adolescente, de un día para otro dejo de visitar al árbol.

Años después, una tarde, el árbol lo ve caminando a lo lejos y lo llama con entusiasmo:

- Amigo... amigo... Vení, acercate... Cuánto hace que no venís... Trepate y charlemos.

- No tengo tiempo para esas estupideces –dice el muchacho.

- Pero disfrutábamos tanto juntos cuando eras chico...

- Antes no sabía que se necesitaba plata para vivir, ahora busco plata. ¿Tenés plata para darme?.

El árbol se entristeció un poco, pero se repuso enseguida.

- No tengo plata, pero tengo mis ramas llenas de frutos. Podés subir y llevarte algunos, venderlos y obtener la plata que querés...

- Buena idea – dijo el muchacho, y subió por la rama que el árbol le tendió para que se trepara cuando era chico.

Luego arrancó todos los frutos del árbol, incluidos los que todavía no estaban maduros. Llenó con ellos unas bolsas de arpillera y se fue al mercado. El árbol se sorprendió de que su amigo no le dijera ni gracias, pero dedujo que tendría urgencia por llegar antes que cerraran los compradores.

Pasaron casi diez años hasta que el árbol vio otra vez a su amigo. Era un adulto ahora.

- Que grande estás – le dijo emocionado -, vení subite como cuando eras chico, contame de vos.

- No entendés nada, como para trepar estoy yo... Lo que necesito es una casa. ¿Podrías acaso darme una?

El árbol pensó unos minutos.

- No, pero mis ramas son fuertes y elásticas. Podrías hacer una casa muy resistente con ellas.

El joven salió corriendo con la cara iluminada. Una hora mas tarde llegó con una sierra y empezó a cortar ramas, tanto secas como verdes. El árbol sintió el dolor, pero no se quejó. No quería que su amigo se sintiera culpable. Una por una, todas las ramas cayeron dejando el tronco pelado. El árbol guardó silencio hasta que terminó la poda y después vio al joven alejarse esperando inútilmente una mirada o gesto de gratitud que nunca sucedió.

Con el tronco desnudo, el árbol se fue secando. Era demasiado viejo para hacer crecer nuevamente ramas y hojas. Que lo alimentaran. Quizás por eso, cuando diez años después lo vio venir, solamente dijo.

- Hola. ¿Qué necesitás esta vez?

- Quiero viajar. Pero ¿qué podés hacer vos?. No tenés ramas ni frutos para vender.

- Qué importa, hijo –dijo el árbol -, podés cortar mi tronco, total yo no lo uso. Con él podrías hacer una canoa para recorrer el mundo.

- Buena idea – dijo el hombre.

Horas después volvió con un hacha y taló el árbol. Hizo su canoa y se fue. Del árbol quedó sólo el pequeño tocón al ras del suelo.

Dicen que el árbol aún espera el regreso de su amigo para que le cuente de su viaje.

Nunca se dio cuenta de que ya no volverá. El niño ha crecido y esos hombres no vuelven donde no hay nada para tomar. El árbol espera, vació aunque sabe que no tiene nada mas para dar.

Repito. Nuestros condicionamientos han hecho de nosotros estos que somos, pero seguimos pudiendo elegir.

Cuando yo asuma que no es posible encontrar a alguien que pueda darme presencia, reconocimiento, caricias y juegos soportando mis normas, mis exigencias y mi exceso de trabajo... quizás empiece a corregir lo que doy. Quizás aprenda a dar otras cosas. Quizás aprenda algo nuevo.

Puede suceder que en este ejercicio te encuentres sintiendo que aquello que te faltó, en realidad es lo que mas das. A veces pasa...

Es que en el camino aprendo a dar lo que necesito.

Es una explosión muy interesante, una jugada maestra para tratar de obtener lo que quiero.

Por ejemplo, voy por el mundo mostrando que acepto a todos, no porque quiera aceptarlos, sino porque en realidad es lo que busco, alguien que me acepte incondicionalmente. Un pequeño intento para ver si me vuelve lo mismo que yo estoy necesitando.

Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay