Simplemente recuerda que el cambio es vida. Cada momento permanece disponible a lo nuevo. Dale siempre la bienvenida a lo nuevo para que el cambio pueda continuar.
Lo que la gente hace es simplemente lo opuesto: se aferra a lo antiguo; entonces el cambio se detiene. El cambio es con lo nuevo. Con lo antiguo no hay cambio, pero las personas se aferran a lo antiguo porque eso parece seguro, cómodo, familiar. Has vivido con ello, así que lo conoces, te has vuelto diestro en su manejo, expertos. Con lo nuevo volverás a ser ignorante. Con lo nuevo puedes cometer errores; ¿y quién sabe adónde puede conducir, De ahí que surja el miedo, y debido a ello la gente se aferra a lo antiguo. Y en cuanto te aferras a lo antiguo dejas de fluir.
Permanece disponible a lo nuevo. No dejes de morir al pasado. ¡Está acabado! Ayer, sí, es ayer, y nunca podrá volver. Si te aferras a él, morirás con él; se convertirá en tu tumba. Abre el corazón a lo que te llegue. Dale la bienvenida al sol naciente y dile siempre adiós al poniente. Siéntete agradecido, te ha dado mucho, pero por gratitud no te aferres a él.
Si recuerdas esto, la vida no deja de crecer, de madurar. Cada paso nuevo, cada nueva aventura, aporta una riqueza nueva. Y cuando la totalidad de la vida es movimiento, en el momento en que llega la muerte uno es tan rico y ha conocido algo tan tremendamente definitivo, que esta no se puede llevar nada. La muerte solo le llega a las personas pobres... aquellas que no han vivido.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 217
Osho
Día 217